La difusión hoy de las declaraciones juradas de los patrimonios del presidente Mauricio Macri y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, despertaron algunas polémicas. Por un lado, porque el jefe de Estado invirtió en octubre pasado, en plena crisis y cuando cotizaban por los pisos, en títulos públicos por $ 94 millones. Por el otro, porque la máxima autoridad de la economía argentina, incluida la recaudación tributaria, mantiene aún inversiones en el extranjero y le debe a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) unos $ 348.000. Sus patrimonios crecieron en 2018 un 51% y 80%, respectivamente, por encima de la inflación aunque por debajo del salto del dólar.
La periodista María O'Donnell, coconductora del programa "Corea del Centro" en Net TV, lanzó por Twitter: "Macri incrementó en un 50% su patrimonio en 2018 y compró desde que está en la presidencia títulos de la deuda argentina por más de 90 millones de pesos. Si no fuera porque está (Laura) Alonso a cargo, le preguntaría a la Oficina Anticorrupción si no hay conflicto de interés". En realidad, los 94 millones fueron invertidos en octubre. Estos y los otros activos de su declaración jurada no incluyen los del fideicomiso ciego que Macri creó al acceder a la Presidencia y cuyo manejo dejó en manos de Seguridad Fiduciaria S.A, a cargo de José María Fernández Ferrari, con el declamado fin de evitar conflictos con sus negocios.
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A O'Donnell le respondió el economista Martín Tetaz: "¿No sería formidable que todos los presidentes pongan su dinero en bonos de su país? Así solo mejora su patrimonio si le va bien al país. Y si toman decisiones equivocadas para el país, pierden parte de su patrimonio". La periodista retrucó: "Martín, seguro que conocés las regulaciones sobre conflictos de interés e información privilegiada: podría comprar o salir con mucho mejor timing que el resto de los mortales si la usara, ¿o no? Lo formidable (recomendable) sería que el presidente en ejercicio no estuviera a cargo de sus finanzas personales mientras ejerce el poder".
"Lo único que podría ser opinable es la salida de la posición en bonos (de hecho está penada por la ley si se hace con 'info' privilegiada, sea o no Presidente). La compra de bonos siempre es una apuesta por el país", insistió Tetaz. "La 'info' privilegiada también puede servir para comprar o para elegir qué comprar, y la idea es evitar que tus decisiones impacten sobre tu patrimonio personal, aunque sea de manera positiva, porque estás a los dos lados del mostrador", continuó O'Donnell.
NOTICIAS consultó a voceros de la Casa Rosada, pero no comentaron respecto de la controversia. Quien sí lo hizo fue Sebastián Pilo, uno de los directores de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) y especialista en la materia: "No es nada claro el criterio por el cual (Macri) tiene una parte de sus bienes en el fideicomiso y otra afuera, ni porqué no identifica al fideicomiso en su declaración. El problema (de la inversión en títulos públicos) es que él, naturalmente, maneja información privilegiada sobre las variables económicas, a la vez que puede incidir sobre ellas. Entonces: 1) gran parte de sus bienes no están en el fideicomiso, sin un criterio adecuado para ello; 2) el fideicomiso ciego no existe como tal en nuestra legislación; 3) tampoco declara los fideicomisos en los que es comitente o beneficiario (debería clarificarse esta obligación en la ley de ética pública); y 4) no hay regulación sobre este tipo de conflictos de interés (también por déficit en la ley de ética pública). Si existiera todo eso, los riesgos con sus inversiones serían mucho más bajos".
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En cambio, el operador bursátil Miguel Boggiano, CEO de Carta Financiera, desestima la posibilidad de un conflicto de interés detrás de la apuesta del Presidente por los bonos: "Ni Macri ni nadie sabe si los bonos van a subir o bajar. Si están criticando que compró unos bonos y ganó plata, la crítica es muy tonta. Porque las fluctuaciones de los bonos dependen de las tasas internacionales, del apetito internacional por riesgo. No es que Macri ve el futuro o sabe lo que le va a pasar al país".
También provocó controversia el hecho de que Dujovne haya repatriado solo en parte sus inversiones en el exterior, dejando de lado las inmobiliarias en Uruguay. Tras la polémica sobre las apuestas del ministro encargado de la política económica por bienes en el extranjero, prometió en 2017 repatriar parte de ellos y anunció en 2018 que ya no tendría más "activos líquidos" fuera. Pero al 31 de diciembre del año pasado aún mantenía US$ 1,6 millones en cuentas de Estados Unidos y Uruguay y otro millón invertido en una sociedad de Islas Vírgenes llamada Florentine Global -que blanqueó en 2016, según reveló NOTICIAS en una investigación periodística que fue finalista del premio FOPEA y ganadora del galardón del Citi-.
Pero lo que más sorprendió fue la deuda impositiva que el ministro de Hacienda mantiene con la AFIP, organismo que tiene bajo su órbita. NOTICIAS consultó a voceros de su cartera, pero no obtuvo respuesta.
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