En estos días en que el BAF llena de color la ciudad, la moda también tiene lugar para ponerse seria. Así lo hizo el miércoles 14, en la charla “Revolución Sustentable”, en la que un panel especializado abordó la cuestión de la sostenibilidad en el rubro. “Esto habla de que el tema tiene cada vez más impacto en la moda, con consumidores que eligen mejor, cuestionándose de dónde viene lo que llevan puesto y cómo se hizo, y exigiendo prácticas de producción responsables y orgánicas”, apunta Josefina Molinari, cocreadora del market place Green Box y oradora del evento.
En conversación con otros referentes del consumo y la comunicación sustentable, el encuentro debatió tópicos como la oposición del marketing y la sostenibilidad, qué aporte está haciendo al tema la moda y qué materiales revolucionarios existen en el mercado. El resultado fue un pantallazo amplio y optimista de un camino que en la Argentina está recién comenzando, pero con paso firme y futuro promisorio.
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En sintonía, unas horas más tarde Vanesa Krongold presentó su colección “Lo disponible”, hecha con materiales encontrados y acumulados durante varios años, dando pie a una creación ecléctica y haciendo una perfecta definición de uno de los conceptos más fuertes de la moda sustentable: el “upcycling” o “suprarreciclaje”. “Es un collage de texturas y contrastes. Son estampas encontradas, mezcladas e intervenidas”, explica la diseñadora.
El 31 de agosto, en tanto, se verán en Argentina Fashion Week dos desfiles a cargo de la Asociación de Moda Sostenible. “Somos unos 45 diseñadores asociados, con el fin de hacer un diseño sostenible de triple impacto: ambiental, social y económico”, ilustra Alejandra Gougy, fundadora y además creadora de la marca Cosecha Vintage, que fuera el primer emprendimiento sustentable con local a la calle.
Para todos los gustos. Pero no solo en las semanas de la moda suceden cosas. Desde fines de 2016, las socias Agostina Trovato y Gabriela Rivero llevan adelante la marca Get Wild!, que diseña ropa de fibra de bambú. Con opciones para hombres, mujeres, niños y bebés, producen en el marco del comercio justo, de la mano de la economía circular y con el menor uso posible de recursos de agua y energía. “Además de ser sustentables y trabajar con un material noble y ecológico, es importante que desarrollemos prácticas que se sostengan en el tiempo y no sólo generen nuevos productos, sino que minimicen los que ya existen”, apuntan. Así, en Get Wild! hasta los sobrantes son transformados en discos desmaquillantes, antifaces, mantas y otros pequeños productos.
Jardín Estampas, en tanto, nació en 2014 a partir de la búsqueda personal de Eugenia Zoia. Con una colección que incluye desde chaquetas y pantalones hasta mantas y pañuelos, se hace foco en los tintes naturales y cada paso del proceso es artesanal. “Muchos de los textiles que uso provienen de descartes y de materiales discontinuados. Y para el proceso de estampado o teñido trabajo con elementos naturales: hojas frescas de plantas y árboles de mi entorno o materiales como cáscaras, semillas y descartes de la cocina para lograr tintes que colorean las prendas”, describe la diseñadora. Todos estos materiales, además, luego pasan a compostarse y generar abono para nutrir nuevas plantas en un increíble círculo virtuoso.
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Finalmente, desde Berlín las hermanas Paula y Mariángeles Aguirre llevan varios años cosechando elogios con su marca Theraphy Recycle & Exorcise. Nacido un poco para darle sentido a su afición por comprar ropa de segunda mano en los mercadillos alemanes y otro tanto como una rebeldía en un continente donde reina el fast fashion, su emprendimiento fue creciendo y ganando reconocimiento. Este año, de hecho, estuvieron entre los 20 diseñadores de la Helsinki Fashion Week, la única del mundo 100% sustentable. “La idea inicial de moda sustentable estuvo asociada a una estética entre hippie y minimalista, y nosotras lo hicimos con nuestras propias reglas, apelando a la diversidad. Moda sustentable no es solo vestir beige, se puede ser también alternativo, punk y fetish”, sintetiza la dupla.
por Vicky Guazzone
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