El resultado de las PASO abrió un nuevo escenario. No por la dirección del resultado a favor del Frente de Todos sino por la magnitud de la diferencia que amplificó la visión binaria que el mercado tenía de ambos candidatos. El resultado 47-32 abrió una situación política anómala con un presidente debilitado, un candidato con votos suficientes para ser presidente pero recién a fines de octubre y un FMI que jugó a favor de la reelección pero que ahora debe negociar a dos puntas mientras enfrenta un programa fiscal, financiero y monetario que cruje por el salto cambiario, la reacción inmediata del Gobierno que no reconoció el resultado e intentó retomar la agenda bajando impuestos y subiendo gastos, y el corte definitivo del crédito que impide cumplir con el supuesto de refinanciamiento de la deuda corta que manejaban.
Quedan muchos días por delante hasta el 27 de octubre. El escenario de cooperación entre los tres agentes mencionados para permitir una transición ordenada luce difícil de pensar.
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Fundamentalmente porque no hay dólares suficientes para financiar la transición hasta que el nuevo gobierno pueda dar señales concretas al mercado que permitan normalizar el riesgo país. El cambio de ministro de Economía y el anuncio “coordinado” entre él, el BCRA y el candidato opositor de que el dólar a $ 60 es alto dieron algo de aire, mientras la caída en las reservas continúa de la mano de los pagos netos de deuda (incluyendo la cancelación anticipada del Repo con bancos), la intervención del BCRA y del Tesoro y algún desarme de depósitos en dólares, que, a diferencia de la convertibildad, hoy están encajados casi en un 50% en el BCRA.
* Directora ejecutiva de Eco Go.
por Marina Dal Poggetto *
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