Saturday 27 de April, 2024

CIENCIA | 29-08-2023 06:16

Evaluación moral: ¿el mundo está cada vez peor?

Las conclusiones de una investigación entre 12 millones de personas de 60 países, publicada en la revista Nature.

El mundo cambió de manera notable en las últimas décadas, en lo que va de un siglo. Durante ese período las modificaciones han sido radicales en más de un aspecto, los objetivos de vida se fueron transformando y los valores, amoldándose al curso de esas variaciones culturales. Lo que parece inmutable en medio de tanto movimiento, y sin importar en qué época viven los individuos, es el hábito de mirar hacia el pasado con cierta nostalgia. La idealización de lo que fue. El historiador Tito Livio, en épocas del Imperio Romano, ya escribía: “En el amanecer sombrío de nuestros días modernos no podemos soportar nuestras inmoralidades ni enfrentar los remedios necesarios para curarlas”. 

Desde la antigüedad hasta los tiempos modernos, filósofos y pensadores sociales muy a menudo lamentaron los feos giros que tomaron las sociedades en las que vivieron, y con frecuencia sugerían (y muchos siguen haciéndolo) que una de las causas de esos giros casi monstruosos se debieron a una disminución de la moralidad, en términos de bondad, honestidad y decencia humana básicas.

Solidaridad.

Investigadores de las universidades de Columbia y de Harvard (Estados Unidos) lograron dar un encuadre a esa tendencia a romantizar el pasado que muestra buena parte de las personas de las culturas occidentales. Los estudios  incluyen encuestas realizadas a 12 millones de personas de diferentes franjas etáreas y de sesenta países entre los años 1956 a 2017. El resultado: la inmensa mayoría de los sondeados considera que hay un declive moral en la sociedad, que estaría volviéndose menos honesta, solidaria, amable y humana. 

Los ítems analizados por los científicos fueron 177 y los resultados muestran que 148 de ellos (el 84 por ciento) obtuvieron una calificación peor, en comparación con tiempos pasados.

A partir de estos resultados los investigadores plantearon interrogantes e hipótesis. “¿Por qué tantas personas diferentes en tantos tiempos y lugares diferentes se han convencido de que sus conciudadanos ahora son menos morales de lo que alguna vez fueron? Una posibilidad es que, de hecho, la moralidad haya estado declinando en todo el mundo durante milenios, declinando de manera tan constante y precipitada que las personas en todas las épocas han podido observar ese declive en el breve lapso de una vida humana. La otra posibilidad es que la percepción del declive moral sea una ilusión psicológica a la que han sido susceptibles personas de todo el mundo ya lo largo de la historia”.

Fue así que, además de analizar las encuestas, los investigadores se dedicaron a hacer un análisis objetivo de los ítems a las cuales respondían las personas, y concluyen que la percepción de retroceso en el campo de la moralidad no se corresponde con los hechos. Para los expertos, ese supuesto empeoramiento del presente es un mito, una leyenda urbana. Y de allí el nombre que le pusieron al paper o documento científico que publicaron en la tradicional revista científica Nature:La ilusión del declive moral”.

Adam Mastroianni.

Percepciones

“¿Cree la mayoría de gente en todos los países que somos peores? Sí. ¿Tienen razón? Casi seguro que no", resume el psicólogo Adam Mastroianni, coordinador del estudio. 

“La evidencia anecdótica indica que la gente cree que la moralidad está decayendo, que han creído esto durante al menos 70 años y que lo atribuyen tanto a la disminución de la moralidad de los individuos a medida que envejecen como a la disminución de la moralidad de las generaciones sucesivas -explican Mastroianni y Gilbert en el paper publicado en Nature-. A continuación, mostramos que los informes de las personas sobre la moralidad de sus contemporáneos no han disminuido con el tiempo, lo que sugiere que la percepción del declive moral es una ilusión. Finalmente, mostramos cómo un mecanismo simple basado en dos fenómenos psicológicos bien establecidos, exposición sesgada a la información y memoria sesgada por la información, puede producir una ilusión de declive moral. Además, reportamos estudios que confirman dos de sus predicciones sobre las circunstancias bajo las cuales la percepción de declive moral se atenúa, elimina o invierte, es decir, cuando se pregunta a los encuestados sobre la moralidad de personas que conocen bien o de personas que vivieron antes de que naciera el encuestado”. 

Y concluyen: “Juntos, nuestros estudios muestran que la percepción del declive moral es omnipresente, perdurable, infundada y fácil de producir. Esta ilusión tiene implicaciones para la investigación sobre la mala asignación de recursos escasos, la infrautilización del apoyo social y la influencia social”.

Los investigadores comprobaron que las respuestas sobre la sociedad, la vecindad, el barrio, que se daban hace medio siglo eran similares a las que se dan en la actualidad. Es decir que la gran diferencia estriba en cómo las personas recuerdan o analizan el pasado. 

Las explicaciones para esta reacción son, según los investigadores, varias. Una de ellas tiene que ver con un mecanismo básico de la memoria del que dio cuenta el filósofo y semiólogo italiano Humberto Eco de manera suscinta y genial: “Ni la memoria individual ni la memoria colectiva son fotografías de lo que realmente sucedió. Son reconstrucciones”. Los recuerdos no traen una foto objetiva, exacta y perenne de lo sucedido alguna vez, sino una reconstrucción que se reafirma cada vez que la persona recuerda (más aún si relata lo acontecido a otra persona). Es decir, la memoria es el relato de parte de lo sucedido, y siempre bajo la influencia de la subjetividad de quien relata.

Por otro lado, las personas tienden a tomar y retener una cantidad mayor de informaciones negativas del presente, sobre todo cuando la situación involucra a individuos desconocidos. A esto los científicos lo denominan “exposición tendenciosa”. Con el pasado, el movimiento es el inverso, porque se tiende a borrar de la memoria lo que no es bueno. El balance de estos dos movimientos sincronizados es, por un lado, fuerte pesimismo en relación al aquí y ahora y, por otro, una también fuerte romantización de tiempos que nunca volverán.

Hambre en el mundo.

Trucos de la memoria

Con el pasar de los años, en el imaginario de las personas los acontecimientos negativos son relativizados y el mal va perdiendo maldad más rápidamente de lo que el bien pierde bondad”, explica Mastroianni.

Cuando las personas afirman que la sociedad en el pasado se alzaba sobre pilares de solidaridad, bondad, relaciones más amorosas, están pasando por alto episodios tan tremendos como dictaduras sangrientas, guerras mundiales, hambrunas que costaron la vida de millones de seres humanos. Y, aunque muchos de los entrevistados reconocieron cambios y avances como los derechos conquistados por minorías raciales oprimidas, diversidades sexuales, mujeres, las consideran “excepciones” frente a una “humanidad” que empeoró.

Esta sensación de que el antes fue siempre mejor y testigo de valores morales superiores se presenta tanto entre quienes nacieron y fueron criados en una dictadura como entre quienes lo hicieron en democracias. La idealización del pasado suele darse en todas las clases sociales e independientemente de la historia reciente de cada país. De hecho, el Pew Research Center (de los Estados Unidos) encuestó a ciudadanos de 40 países en 2002 y 2006, de la Argentina entre ellos, y en cada uno de esos países, la mayoría de los participantes informaron que el declive moral era un "problema moderadamente grande" (ver mapa).

Mastroianni resume: “La gente cree que la moralidad está decayendo. ¿Es así? Las sociedades mantienen (o al menos dejan) registros razonablemente buenos de conductas extremadamente inmorales, como matanzas y conquistas, esclavitud y subyugación o asesinatos y violaciones, y un análisis cuidadoso de esos registros históricos sugiere fuertemente que estos indicadores objetivos de inmoralidad han disminuido significativamente en los últimos siglos. En promedio, los humanos modernos se tratan entre sí mucho mejor que sus antepasados, lo cual no es lo que uno esperaría si la honestidad, la amabilidad, la amabilidad y la bondad hubieran disminuido constantemente, año tras año, durante milenios. Aunque no existen registros históricos igualmente objetivos de la moralidad cotidiana (de la frecuencia con la que las personas ofrecen sus asientos a una persona mayor, dan direcciones a un turista perdido o ayudan a su vecino a arreglar una cerca), existen medidas subjetivas de tales cosas”.

Es decir que esa sensación de que “somos peores” no es, de acuerdo con la investigación, una percepción real, sino un sesgo cognitivo que está alterando la visión que las personas tienen del mundo.

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Andrea Gentil

Andrea Gentil

Editora de Ciencia, Medicina y Tecnología. Coordinadora carrera de Comunicación Digital, UNaB.

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