El tratamiento de pacientes con COVID-19 con el medicamento contra la malaria hidroxicloroquina (HCQ) no tuvo ningún efecto positivo y causó otras complicaciones de salud, de acuerdo con dos estudios dados a conocer hoy.
La hidroxicloroquina y un compuesto madre, la cloroquina, se han utilizado durante décadas para tratar la malaria, así como ciertos trastornos autoinmunes, como el lupus y la artritis reumatoide, y fue muy publicitada a partir de los elogios que recibió ya en marzo por parte del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
En uno de los trabajos, de tipo observacional, investigadores franceses monitorearon a 181 pacientes hospitalizados con neumonía provocada por infección con el coronavirus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad Covid-19, y que necesitaban oxígeno provisto por respiradores.
Ochenta y cuatro de ellos fueron tratados con hidroxicloroquina, mientras que otros 97 no. A lo largo de la investigación no se hallaron diferencias significativas entre los grupos al momento de tener que transferir a los pacientes al área de cuidados intensivos. Tampoco cuando alguno de ellos falleció dentro de un período de siete días de tratamiento o a lo largo del intento de frenar el desarrollo del síndrome de dificultad respiratoria aguda a lo largo de un plazo de 10 días.
"La hidroxicloroquina ha recibido atención mundial como un posible tratamiento para COVID-19 debido a los resultados positivos de pequeños estudios -advierten los autores de la investigación, publicada en la revista médica British Medical Journal-. Sin embargo, los resultados de este estudio no respaldan su uso en pacientes ingresados en el hospital con diagnóstico de Covid-19, que requieren oxígeno".
El segundo estudio proviene de China. Se trata de una investigación randomizada sobre 150 pacientes, a los cuales se dividió en dos grupos, uno de los cuales recibió hidroxicloroquina, mientras que el otro no lo hizo. Después de cuatro semanas, las pruebas revelaron tasas similares de infección entre ambos grupos, aunque las reacciones adversas al tratamiento fueron más comunes en el grupo que había recibido el fármaco. Tampoco la gravedad o la duración de los síntomas fueron diferentes entre cada grupo.
La Agencia Europea de Medicamentos había advertido en abril que no había indicios de que la hidroxicloroquina sirviera para tratar la Covid-19, advirtiendo la existencia de algunos estudios que informaron la detección de problemas cardíacos graves y a veces fatales en algunos enfermos que habían recibido el medicamento.
Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (la FDA, cuyo par en la Argentina es la ANMAT) advirtió contra el uso de hidroxicloroquina en pacientes con Covid-19 fuera de hospitales o de ensayos clínicos, debido al riesgo de que se puedan presentar problemas graves en el ritmo cardíaco (arritmias). El gran problema está en las dosis que reciba cada paciente, a mayor cantidad de la droga, más riesgos. Por eso nadie debe tratar de automedicarse, ni para prevenir ni para tratar la Covid-19.
De todos modos el remedio está siendo estudiado ampliamente como un posible tratamiento, y forma parte, por ejemplo, del estudio Solidarity, patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) del cual participa la Argentina.
En los Estados Unidos, un ensayo clínico ha comenzado a evaluar si la hidroxicloroquina, administrada junto con el antibiótico azitromicina, puede prevenir la hospitalización y la muerte por Covid-19. El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), parte de los Institutos Nacionales de Salud, patrocina el ensayo.
La prueba de la Fase 2b inscribirá aproximadamente a 2.000 adultos. Los investigadores anticipan que muchos de los voluntarios que se presenten tendrán 60 años de edad o más o sufrirán alguna comorbilidad asociada con el desarrollo de complicaciones graves de Covid-19, como enfermedad cardiovascular o diabetes. Los participantes serán asignados aleatoriamente para recibir tratamiento a corto plazo con hidroxicloroquina y azitromicina o con placebos.
Sin embargo, el del NIAD, el célebre y respetado Anthony Faucy, advirtió: “Aunque existe evidencia anecdótica de que la hidroxicloroquina y la azitromicina pueden beneficiar a las personas con Covid-19, necesitamos datos sólidos de un gran ensayo clínico aleatorio y controlado para determinar si este tratamiento experimental es seguro y puede mejorar los resultados clínicos”.
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