Aquellas personas que se hubieran enfermado de Covid-19 en la Argentina, se hayan recuperado y quieran hacerlo, podrán donar su plasma para contribuir a investigaciones su el efecto del mismo en la salud de pacientes infectados por el coronavirus y que están en estado grave. Daniel Fontana, coordinador de la Dirección de Sangre y Hemoderivados del Ministerio de Salud, informó que este lunes comenzó a funcionar el programa, con lo cual la Argentina comienza sus propios ensayos clínicos para probar este tratamiento potencial. El funcionario invitó a 14 provincias a definir sus centros captadores de donantes e integrar esta nueva mecánica.
“Las personas recuperadas de Covid-19 poseen en el plasma de su sangre anticuerpos que podrían beneficiar a quienes están cursando la enfermedad”, explica el secretario de Calidad en Salud del Ministerio de Salud, Arnaldo Medina. “A través de su gesto voluntario y solidario –agregó el funcionario– estarán en condiciones de ofrecer una posible nueva alternativa para el tratamiento de los pacientes afectados por el nuevo coronavirus”.
Pero vayamos por partes para comprender mejor de qué se trata todo esto.
Pequeñas investigaciones han hallado que personas gravemente enfermas por la Covid-19 pueden mejorar luego de ser infundidas con el plasma sanguíneo recogido de personas que se recuperaron de la enfermedad. El plasma convaleciente es el componente líquido de la sangre recolectado de esos pacientes que superaron la infección: cuando eso sucede, el organismo tiene anticuerpos que permanecen en la sangre durante un cierto período de tiempo. Infundir ese plasma en personas enfermas se conoce como ‘terapia de anticuerpos pasivos’ ya que una persona recibe anticuerpos externos en lugar de generar una respuesta inmune por sí misma (como sucedería si recibiera una vacuna).
En China, dos equipos de médicos que trabajan en diferentes hospitales infundieron plasma rico en anticuerpos a 15 pacientes gravemente enfermos y registraron mejoras en los síntomas de varios de ellos, tanto en cuanto a la dificultad para respirar como en lo referente a dolores en el pecho, fiebre y tos. En uno de los hospitales, tres pacientes pudieron ser desconectados de los ventiladores que los habían mantenido vivos, de acuerdo con un informe preliminar publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA).
De allí en más, pruebas clínicas, relativas a cuán seguro y efectivo puede llegar a ser el tratamiento, fueron aprobadas y puestas en marcha en diversos países, como los Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia. La Argentina ya había comenzado a analizar esta posibilidad a fines de marzo, y acaba de estrenar protocolos y ensayos. El Ministerio de Salud de la Nación anunció la puesta en marcha del "Plan estratégico para regular el uso de plasma de pacientes recuperados de Covid-19 con fines terapéuticos". El Ensayo Clínico Nacional está coordinado por la Dirección Nacional de Sangre y Hemoderivados del Ministerio de Salud de la Nación, en la que participan instituciones públicas y privadas. Intervinieron en el proyecto el Hospital Garrahan, la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunohematología, las Asociaciones Argentinas de Infectología y Terapia Intensiva, el Malbrán y el Instituto Maiztegui.
“Se trata de un Ensayo Clínico Fase I y Fase II, para evaluar seguridad y eficacia en pacientes críticos que serán transfundidos con plasma convaleciente Covid-19”, explica Gabriela Miguez, jefa del Servicio de Hemoterapia del Hospital Posadas.
Desde el Hospital El Cruce, de Florencio Varela, Sandra Rubbo, jefa del Servicio de Medicina Transfusional, enfatiza: “Es un ensayo clínico, un estudio experimental que va a contar con todas las garantías bioéticas, metodológicas y científicas, indispensables cuando se trata de un tratamiento no aprobado. La enfermedad Covid-19 es nueva, nos trae mucha incertidumbre, vamos conociéndola día a día, más que nada en lo referente a la biología del virus, a cómo se comporta, a la respuesta inmunológica que despierta. Y por eso es que hay que ser más cuidadosos aún”.
Este ensayo clínico conjunto se va a aplicar en la región metropolitana a través de seis centros para la atención de los donantes convalecientes. Además de los hospitales Posadas (ubicado en Morón) y El Cruce (de Florencio Varela), participan el Hospital Durand (CABA) y el Hospital Vicente López y Planes (de General Rodríguez). También dos establecimientos de gestión privada, la Fundación Hematológica Sarmiento y la Fundación Hemocentro Buenos Aires.
Red nacional
“El rol del Hospital Posadas y de los demás centros públicos o privados incluidos, será inicialmente el de captar, seleccionar y colectar plasma de donantes convalecientes Covid-19 para distribuir esas unidades en las Terapias Intensivas que formen parte del proyecto. Es un trabajo conjunto con regulación del Estado”, resume Miguez.
La tarea de colectar el plasma es parte fundamental del tratamiento. ¿Quiénes podrán donar su plasma? Los individuos que ya hayan cursando la Covid-19 y estén recuperados. Para esto tienen que haber transcurrido 14 días desde la desaparición del cuadro clínico, y haber obtenido dos resultados negativos en tests RT- PCR (reacción en cadena de la polimerasa, la técnica de diagnóstico molecular validada que usa el laboratorio ANLIS/Malbrán).
“Aquellos convalecientes que se encuentran en condiciones de donar serán convocados progresivamente por la Red de Bancos de Sangre públicos y privados de todo el país, para así poder colectar el plasma por medio de un procedimiento denominado aféresis”, informan desde el Ministerio de Salud de la Nación. “En principio analizamos los mismos requisitos que para un donante de sangre. Pero, además, quienes donen plasma convaleciente para estos ensayos tienen que poseer determinadas características y cumplir con ciertos requisitos”, explica Rubbo.
En este sentido, el plasma es analizado para comprobar si posee anticuerpos específicos contra el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad respiratoria aguda Covid-19, y en cantidad suficiente como para hacer efecto. Los especialistas también realizan una prueba de neutralización, para corroborar que esos anticuerpos permiten bloquear el virus.
“En principio, vamos a comprobar la seguridad y eficacia del tratamiento, y para eso el objetivo es aplicarlo en 15 a 20 pacientes -resume Gabriela Miguez-. Los resultados serán cargados y monitoreados de manera continua, con una reevaluación muy rigurosa, lo que podría determinar o variar tanto la investigación como la duración de la misma”. Por su parte, Rubbo añade que “se evaluarán las reacciones adversas no deseadas y las respuestas favorables al ensayo terapéutico”.
Como parte de este plan, se creó un Registro Único de Ensayos Clínicos, en el que se centralizará la totalidad de los ensayos realizados en el ámbito público y privado, de modo tal que se puedan compartir los resultados obtenidos.
Otros ensayos
En el Hospital Italiano, por su parte, el objetivo es llevar a cabo un estudio doble ciego. Mientras que un grupo de pacientes recibirá plasma convaleciente, a otro se le aplicará placebo. Y luego los especialistas compararán su evolución. Los dos grupos de voluntarios recibirán el tratamiento farmacológico y de apoyo indicados para su estado particular. Esa es una de las principales ventajas del plasma convaleciente, y es que no tiene interacciones ni choques con otros tratamientos.
El Cemic también hará un estudio. “El objetivo es testear la infusión de plasma convaleciente en diez pacientes graves o potencialmente graves para evaluar la seguridad y la factibilidad del método. Es decir, necesitamos probar que podemos recolectar el plasma e infundirlo de manera segura y, secundariamente, verificar si observamos algún grado de mejoría en los parámetros que cada paciente tenga alterados. Pero no se trata de una prueba que nos permita determinar si estamos dando un tratamiento adecuado porque diez personas es una cantidad muy pequeña para eso”, explica Ricardo Valentini, Jefe del Departamento de Medicina de la institución privada. Y aclara: “Comprobaremos que el tratamiento sea tolerado y que no genera reacciones adversas. Luego podríamos iniciar un estudio abierto con mayor cantidad de pacientes”.
Uso compasivo
El 3 de abril NOTICIAS publicaba una nota de tapa analizando medicamentos y opciones de tratamiento para la Covid-19 que están bajo testeo. Y entonces entrevistó a Laura Bover, investigadora del M.D. Anderson Cancer Center de Houston, en los Estados Unidos, y ex investigadora del Conicet entre los años 1979 y 2002. En aquél artículo Bover adelantó que ya se encontraba trabajando con un grupo de expertos argentinos en el armado de un protocolo para la aplicación de suero convaleciente en pacientes muy graves.
El trabajo del grupo, que congrega a más de 60 profesionales (la mayor parte argentinos) trabajando ad-honorem, se autodenomina CPC-19 y ya está dando frutos. Los protocolos de emergencia ya están elaborados y se aplicarían para la utilización de plasma convaleciente que sea rico en anticuerpos específicos para tratar personas enfermas de Covid-19 que estén muy graves y que no respondan a las terapias aprobadas por el Ministerio de Salud.
“Este protocolo que armamos tiene dos patas: el protocolo del donante que puede ser tomado por otros centros médicos, y el protocolo para el paciente”, explica Bover. “Pensamos este protocolo para ser aplicado en el paciente que está grave, y es de uso compasivo, no para hacer testeos clínicos de más largo plazo como en el caso del Ensayo Clínico Nacional, sino para la inmediatez. De tal modo que si hay un paciente muy grave en La Quiaca, en Calamuchita, en Mar del Plata, en Neuquén, el médico tendrá este protocolo, que ya hizo aprobar por el Comité de Ética del hospital, por el Comité regional, y que ya registró en la Dirección Nacional de Sangre y Hemoderivados del Ministerio de Salud. Estamos pidiendo que se apruebe lo antes posible”.
Historia
Los tratamientos de plasma convaleciente se remontan a la década de 1890. Antes del advenimiento de la terapia antimicrobiana en la década de 1940 era el único medio de tratar muchas enfermedades infecciosas. En 1971, el médico e investigador Julio Maiztegui demostró que la mortalidad por la fiebre hemorrágina argentina se reducía de un 30% a un 3% si los pacientes eran tratados con plasma de personas que habían padecido la enfermedad, antes del octavo día de haber contraído el mal.
Pero también ha habido experiencia de uso en brotes anteriores con otros coronavirus. En el caso del SARS, en el 2002, los estudios muestran que el plasma convaleciente contiene anticuerpos neutralizantes contra el virus. El plasma convaleciente también se usó en la epidemia de ébola africana del año 2013. Un pequeño estudio no aleatorio en Sierra Leona reveló un aumento significativo en la supervivencia entre los tratados con sangre completa de convalecientes, en comparación con los que recibieron el tratamiento estándar.
Dónde y cómo donar
Los voluntarios interesados deberán comunicarse a los siguientes correos electrónicos y teléfonos:
Hospital El Cruce
Email: [email protected]
Teléfono: (011) 4210-9000 Internos 1772 / 176 / 1766
Hospital Posadas
Email: [email protected]
Teléfono: (011) 4469-9200 o (011) 4469-9300 Interno 3004
Hospital Durand
Email: [email protected]
Teléfono: (011) 4883-8426 o (011) 4952-5555 Internos 126 / 127
Hospital Vicente López y Planes
Email: [email protected]
Teléfono: (0237) 485-3210 o (0237) 484-0323 o (0237) 484-0023 Interno 109
Fundación Hematológica Sarmiento
Email: [email protected]
Teléfono: (011) 4666-9898
Celular: (011) 15 6383-3929
Fundación Hemocentro Buenos Aires
Email: [email protected]
Teléfono: (011) 4981-5020
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