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CIENCIA | 22-04-2020 11:42

Más allá del Covid-19: la salud en suspenso

La cuarentena redujo la atención presencial y aumentó el contacto vía redes entre médicos y pacientes. El caso de las emergencias. La telemedicina como boom.

Mientras la enfermedad respiratoria aguda causada por el nuevo coronavirus identificado en enero en China gana todas las miradas, otro problema susurra por lo bajo: la salud de las personas no se reduce a tener o no Covid-19. Anginas infecciosas, conjuntivitis, dolores de muela, ataques de ciática, controles ginecológicos, estudios de imágenes para descartar otros males, siguen existiendo. Aún en medio de la pandemia. 

El consejo que baja desde el Ministerio de Salud de la Nación y desde los organismos sanitarios provinciales es no ir a una guardia médica, dado que hay riesgo de contagiarse Covid-19, de contagiar a otros y de abarrotar los servicios médicos en momentos en los que cada recurso médico es único. 

El Hospital Escuela General San Martín, por ejemplo, se está manejando únicamente con urgencias atendidas por residentes. Las cirugías programadas están suspendidas y solo se atienden las de extrema urgencia. En otras clínicas y hospitales la situación es similar: se operan solo las urgencias, las traumatológicas (como fracturas), las infecciosas y las oncológicas. Muchas clínicas y consultorios particulares han aumentado su capacidad de atención telefónica e implementaron sistemas de videoconferencias con médicos clínicos generalistas, y especialistas. 

Hasta la atención odontológica recurre más que nunca a la consulta vía teléfono y/o internet. “Hemos desarrollado un sistema de atención telefónica con un profesional que está en guardia pasiva. El paciente llama al call center y ese odontólogo aclara sus dudas y, sobre todo, ofrece contención. De ser necesario, la persona es derivada a la guardia activa. En promedio, de 60 a 70 llamados diarios apenas son derivados dos o tres, si ese volumen de pacientes fuera a la clínica de manera presencial, con necesidad de distanciamiento social, sería un caos”, describe Guillermo Tassello, director médico de Consulmed Odontología. La situación se ha aliviado muy levemente con el permiso otorgado en la última semana de poder ir al consultorio del dentista con turno previo.

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Los estudios son otros cantar. Miles de mamografías, por ejemplo, han quedado suspendidas. “En estos casos, es importante dividir a las pacientes en asintomáticas y sintomáticas -describe Luciano Cassab, Jefe de la Sección Mastología del Hospital Prof. Dr. César Milstein-. Las primeras son las que deben realizar estudios de rutina de acuerdo con su calendario de salud, como por ejemplo papanicolaou, mamografías o ecografías. A estas pacientes les sugerimos postergar los controles hasta que la curva de la pandemia esté controlada y totalmente aplanada, para evitar la concentración de gente en los centros de diagnóstico y reducir la circulación comunitaria del virus”. 

Y agrega: “A las pacientes sintomáticas les sugerimos la comunicación con su médico de cabecera o con el especialista, quien va a determinar la gravedad del cuadro y cómo resolverlo. La mayoría de las consultas son evacuadas y atendidas a través de las redes sociales”.

Puede suceder también que una mujer necesite ir a una guardia ginecológica. Cassab vuelve a enfatizar: “La guardia debe ser la última instancia en carácter de urgencia”, aclarando que “cuando el caso lo amerita, sea por una amenaza de aborto, un dolor abdominal agudo o un sangrado incohercible (imparable), y la paciente no tuvo oportunidad de comunicarse con su médico, los facultativos de guardia resolverán transitoria o definitivamente la urgencia. Pero solo se debe recurrir cuando se hayan agotado todos los recursos y el caso lo justifique”.

El mantra es similar en casi todos los casos: ante una emergencia sanitaria la prioridad es erradicar un virus que en muchos casos puede ser más letal que cualquier otra enfermedad. Infartos, accidentes cerebrovasculares, infecciones bacterianas, por caso, quedan fuera de toda duda. Hay que atenderlos cuanto antes. 

Síntomas cruzados

Al escenario se suma que aquí está el otoño, con sus fríos y sus cambios de temperatura. Ciertos signos similares a los de la Covid-19 que no lo son, pero que pueden confundirse, molestar, asustar: resfrío producido por el rinovirus, gripe (cuya vacunación este año se adelantó), rinitis alérgica estacional, entre otras. El sistema inmunológico reacciona de manera exagerada a los alérgenos y produce estornudos a repetición, secreción y obstrucción nasal y picor en la nariz. 

“Al alérgico estacional se le suma el hecho de vivir encerrado, ese paciente está con muchos más síntomas porque es la época de los alérgenos intra domiciliarios. Debe ventilar, pero de manera continua sino durante diez minutos, de manera regular. Esa persona no debe desabrigarse ni andar descalza y necesitar pasar un trapo limpio en cada rincón, para que no se junten los ácaros porque ahora la casa está habitada y se ensucia más”, resume la otorrinolaringóloga, alergista y experta en olfato Stella Maris Cuevas.

El gran temor de especialistas y sanitaristas es que la suma de casos de cuadros virales comunes e infecciones invernales colapsen el sistema sanitario, y es lo que deben tratar de evitar.
Por eso es que la consulta privada vía teléfono, whatsapp, teleconferencia, dicen, no debería diferir demasiado de la que se realice a través del sistema de salud de manera presencial. Cada vez más, médicos y médicas dan a sus pacientes sus datos personales para comunicarse a la hora que sea con el objetivo de resolver dudas, sin que sea necesaria la presencia física. 

Desde OSDE, Gabriel Bargallo, gerentede Relaciones Institucionales, describe la situación: “Salvo en emergencias, a toda persona se le hace el triage inicial. No solo a los pacientes que por síntomas o por contactos epidemiológicos son considerados sospechosos de ser enfermos de Covid-19 o dengue, sino también toda consulta que no requiera la presencia activa de un profesional en el domicilio. En algunos casos, se definen los pasos a seguir en un primer contacto virtual para luego, de ser necesario, se transforme en presencial (muy pocas veces). De ser imprescindible, se envía un médico a domicilio y si el caso los amerita se manda un servicio de emergencia. Tratamos evitar que las personas se trasladen a los centros de atención”.

Hasta que aparece una situación en la que es precisa la atención clínica y/o la realización de algún estudio para poder llegar a un diagnóstico certero. Esos casos siguen su curso. 

El boom de la telemedicina

En medio de la pandemia, o quizás a causa de ella, la atención médica en diversos países del mundo va sufriendo un viraje notorio: el consultorio digital gana más y más terreno. Desde el servicio de E-Consulta de Swiss Medical Group, explican que, a través de la teleconsulta, atienden “casos de tos, catarro, fiebre, congestión nasal, diarrea, cólico abdominal, náuseas y vómitos, dolor al orinar, picaduras, erupciones en la piel, dolor de cabeza, dolor articular o muscular, segunda opinión sobre temas médicos, medicina del viajero”. Y aclaran: “Además, se pueden realizar recetas si el paciente tiene un tratamiento crónico”. 

En el caso del servicio que ofrece OSDE, la descripción de situación es que “la resolución de los problemas de la gente que es asistida por video consulta está cercana al 95%, esto significa que sólo un 5% requiere el envío de algún profesional al domicilio”, describe Bargallo. En lo que a estadísticas se refiere, afirma que “se están haciendo entre 500 y 600 videoconsultas diarias, cuando el promedio habitual previo a la pandemia era de 30. Desde el inicio de la cuarentena hubo que incrementar la dotación de profesionales a casi el triple para satisfacer la demanda, en cambio las visitas médicas se redujeron más de un 50%”.

En Swiss Medical, las cifras de incremento son también notorias: “Ya habíamos visto un aumento de casi un 300% durante la primera semana de la cuarentena, en relación a los meses anteriores (de consultas en clínica médica y en pediatría). Ahora vemos que durante la primera quincena, el número de consultas ya prácticamente duplica el total de consultas del todo el mes pasado”.

Así las cosas, quienes son socios de una empresa de medicina prepaga o miembros de una obra social cuentan con algún tipo de asistencia, al menos a la distancia. El problema mayor lo soportan aquellos que no disponen de cobertura médica alguna: no tendrán más opción que trata de resolver su problema de salud a través de una guardia activa que pueda diferenciar el diagnóstico. Con todos los riesgos que ellos supone, en cuanto a los contagios, aún cuando en los hospitales más grandes las guardias se organizan tratando de mantener el distanciamiento social recomendado. 
 

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Andrea Gentil

Andrea Gentil

Editora de Ciencia, Medicina y Tecnología. Coordinadora carrera de Comunicación Digital, UNaB.

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