****1/2 Por mucho, la obra cinematográfica, básicamente documental, de Edgardo Cozarinsky es de lo más interesante –y mejor– del cine argentino. Esta película sobre la extraordinaria pianista Margarita Fernández es un retrato del personaje, un registro de su trabajo en vivo y, sobre todo, una reflexión sobre el auténtico sentido del arte. Es decir, aunque hay temas que aparecen (la política, por ejemplo) como más próximos, el film, realizado con un ritmo amabilísimo, apunta a algo universal que atraviesa la marea del tiempo. En otras palabras, apunta al misterio del arte, algo poco frecuente en nuestro cine tan sobrecargado de retórica y utilitarismo obligatorio.
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