Durante toda la temporada, antes de cada concierto, los músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional hicieron públicos sus reclamos por la reducción del presupuesto y por los bajos salarios, que llevaron a varios de sus integrantes a emigrar a otras orquestas. Paralelamente a la falta de respuestas de las autoridades de la entonces Secretaría de Cultura, la agrupación recibió este año el Premio Konex de Platino a la orquesta más destacada de la década, un merecido reconocimiento que se sumó al aval del público, mayoritariamente solidario con esos músicos que, pese a las dificultades, no dejaron de brindar propuestas de calidad.
El concierto con el que la Sinfónica cerró su temporada fue un ejemplo de la ductilidad que caracteriza a esta orquesta, con dos obras vocales de estilos diversos. En el inicio se presentó el estreno de una versión sinfónica de la ópera de cámara Arena entre la carne y el hueso, del argentino Andrés Gerszenzon. En una escena compacta con una sola voz protagónica, la música potencia en todo momento la teatralidad del poético texto de Bea Odoriz, cargado de densidad dramática. La voz cálida y la emisión sin artificios de Ana Moraitis resultaron ideales para transmitir la fuerza expresiva de la obra.
El programa se completó con un anticipo de los homenajes a Beethoven previstos para 2020, cuando se celebren los 250 años de su nacimiento. La poco conocida Misa en Do mayor del genial compositor se escuchó en una versión impecable, con las sólidas intervenciones de los solistas y del Coro Polifónico Nacional de Ciegos. Andrés Tolcachir tuvo una labor intachable como concertador, logrando equilibrio y cohesión entre voces y orquesta.
Calificación: ****
Concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional, junto al Coro Polifónico Nacional de Ciegos. Director invitado: Andrés Tolcachir. Solistas: Ana Moraitis, Mónica Ferracani, Laura Domínguez, Enrique Folger, Mario De Salvo. Obras de Gerszenzon y Beethoven. Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner.
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