El champú limpia el cuero cabelludo y el cabello, al eliminar los contaminantes ambientales como el polvo y el polen. Además de la caspa, el sudor y otros productos para el cuidado cosmético. También disuelve el sebo, una sustancia aceitosa y cerosa que producen las glándulas sebáceas cercanas a los folículos pilosos.
“La conveniencia de enjabonarse el pelo todos los días depende de varios factores, la textura del cabello, su nivel de grasa, el grado de procesamiento, los hábitos de vida y la edad”, explicó Murad Alam, vicepresidente del departamento de dermatología de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Alam señaló que las personas con cabello delgado quizá también noten que se les engrasa con más rapidez, porque tienen menos pelo para absorber el sebo. En ese caso, podría justificarse el lavado diario. “Tal vez también sea necesario”, dijo el especialista al portal de The New York Times y añadió: “Si utilizas con frecuencia productos como geles, que suelen acumularse en el cuero cabelludo y causar irritación, ya que obstruyen los folículos pilosos”.
Según Rosemarie Ingleton, profesora clínica adjunta de dermatología del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, el sebo evita que el cuero cabelludo se reseque demasiado y protege la piel de las infecciones. “Emplear champú todos los días puede ser la mejor opción para las personas con cuero cabelludo graso. Pues es posible que el sebo se acumule y haga que el pelo se vuelva lacio, grasoso y maloliente”, afirman los expertos.
“Los tratamientos químicos, como los tintes y los alisados, hacen que el tallo piloso sea más propenso a dañarse”, afirmó Alam y también advirtió: “Algunos medicamentos, como las estatinas, los antihistamínicos y los diuréticos, también pueden aumentar la sequedad de la piel y el cuero cabelludo. Si los tomas, lávate el pelo con un champú suave que contenga humectantes para evitar la resequedad y la irritación”.
Por otra parte, la edad también influye en la frecuencia de lavado. La producción de sebo suele ser lenta en la primera infancia, se dispara en la pubertad, se estabiliza en la edad adulta y se ralentiza de manera gradual a partir de los 70 años. Además, para las personas que ejercitan habitualmente y sudan en exceso, la sal del sudor puede obstruir los poros y los folículos pilosos. En ese caso se requiere un lavado o enjuague diario para eliminar la sal y las secreciones. En cuanto al secado, se recomienda el secado al aire siempre que sea posible.
Ambos expertos coinciden en que cada tipo de cuero cabelludo requiere unas pautas específicas a la hora de lavarlo. En el cabello seco resulta recomendable dejarlo sin lavar de dos a tres días. Al ser un cuero cabelludo escaso en grasa natural se necesitará generarla. Por ello, al lavarlo a diario este queda demasiado tiempo desprotegido.
Diferente, si el cabello es graso, se requerirá un lavado en días alternos. “Un día te lavas con un champú con pH neutro y, dos días después, con uno purificante o antigrasa para hacer un lavado más en profundidad. Pero no es conveniente lavarlo a diario. Ese cuero cabelludo necesita tener esa grasa”, concluyen los expertos
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