Ubicado frente a la Gran Logia Argentina de Libre y Aceptados Masones, El Café de Marco es el reducto donde miembros de la fraternidad y curiosos visitantes se reúnen para saborear un menú de tinte histórico y regional. Adornados sus paredes con mandiles, collares, fotografías e insignias de la legendaria sociedad secreta, el espacio promueve el disfrute de diferentes platos y meriendas.
El portal del bar tiene colocado en su parte superior el símbolo del compás y la escuadra, emblema mundial de la masonería, que se distingue de otros cafés de la misma cuadra de Teniente General Juan Perón al 1200. Por otro lado, el nombre del lugar también tiene su relato debido a que hace aproximadamente dos siglos antes existía un espacio con el mismo nombre.
La masonería es una antigua sociedad secreta del Siglo XVII, de ámbito internacional y estructura jerárquica basada en la fraternidad entre sus miembros, los cuales se agrupan en logias y hacen uso de ritos y signos emblemáticos. En Argentina, numerosos próceres, presidentes y figuras emblemáticas pertenecieron a la Orden.
El Café de Marco fue un emprendimiento gastronómico de Marco Antonio Arslanian, que llevo una idea de revivir cierta visión romántica de los tiempos independentistas de la nación argentina, la cual en gran parte, fue impulsada por reconocidos masones. Alvear, Pueyrredón, Moreno, Belgrano y San Martín, son algunos de los ilustres apellidos que investigadores e historiadores vinculan a labor masónica con los próceres de la naciente patria.
Revista Noticias: ¿Cómo nació un Café de temática masónica?
Marco Antonio Arslanian: El Café de Marco nace con una idea de recrear un legendario café. El Café de Marco existió, en 1801 llego un catalán llamado Pedro José Marco. Se instaló en una parte estratégica de la época, la calle Santísima Trinidad y San Carlos (actual Alsina y Bolívar). Frecuentaban las mesas del café, hombres como Mariano Moreno, Belgrano, Monteagudo y Castelli. Se puede decir que en la mesa del café nació la Argentina. Fue una idea de recrearlo porque mezcle un poco de todo lo que me gusta, la gastronomía y la historia. De hecho, estaba iniciado en la masonería en el 2005, estudiando un poco de los libros, me encontré con uno de Emilio Corbiere, historiador y masón. En ese libro señala que en ese Café los próceres se reunían y conspiraban en aquella época. Ese Café, en la actualidad, no está más, hay un edificio construido. A mí me quedo eso dando vueltas por la cabeza y me dije que en algún momento lo voy a recrear. Llego el día que se dio y lo hice en diagonal a la Gran Logia de la Masonería Argentina.
Noticias: ¿Que puede encontrar el visitante al concurrir al café?
Arslanian: Está pensado para conocer la historia argentina y el papel que tuvo la masonería en la Revolución de Mayo. No quiero decir que la revolución sea exclusiva de la masonería, pero tiene mucho de tinte masónico como mucho de los movimientos libertadores de América Latina. Esto empezó con la Revolución Francesa con el lema de “Libertad, Igualdad y Fraternidad” que es el principio de la masonería. La gente tiene acceso a preguntar, hay libros, cuadros, medallas. Un mini museo en estos diez años de trabajo.
Noticias: ¿Cómo se definió el menú culinario del espacio?
Arslanian: Al principio tuvimos una carta amplia, pero luego de la pandemia hicimos una carta más corta pero bien presentada, con platos como pastel de cordero, empanadas de cordero y roquefort que son una exquisitez. No es un menú de Buenos Aires, sino que intento hacer un menú federal. Hay vinos de Salta, Jujuy, San Juan, La Rioja y Mendoza. Queremos tener una carta de vinos bien federal.
Noticias: ¿Existe en Latinoamérica algún café con el mismo estilo?
Arslanian: El Café de Marco es único, no hay otro café de masonería y Revolución de Mayo. Es único en su estilo en Argentina. He tenido propuesta de hacer el café de Marco en el exterior, incluso, aunque parezca una locura, en Miami. También, entre otros lugares, hubo ofrecimiento en Colombia y Paraguay. En el interior del país, he tenido propuestas de armar en Córdoba, Mendoza y Salta un Café de Marco.
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