Las ruinas se definen como estructuras o construcciones que por diversos motivos como desastres naturales, guerras y abandono, se han perdido parcial o completamente. Estas se manifiestan como la presencia material de un tiempo pasado, representando el paradigma histórico en que fueron pensadas y construidas.
El atractivo turístico reside en la capacidad de congelar en el presente un plano temporal diferente a la realidad, comprendiéndose como la condensación de aspiraciones, ideales y problemáticas de una época concreta. Estos lugares históricos nunca están muertos, pero tampoco están realmente vivos., Las civilizaciones pasadas se manifiestan latentes en los distintos espacios abandonados. En ese sentido, Argentina posee una distinguida selección de ruinas arqueológicas que se pueden descubrir.
Pucará de Tilcara
El Pucará de Tilcara es un legendario sitio arqueológico jujeño a 80 metros de altura conformado por numerosísimas construcciones realizadas por la tribu de los tilcaras, en un punto estratégico sobre la Quebrada de Humahuaca. Los restos fueron descubiertos en 1908 por el etnógrafo argentino Juan Bautista Ambrosetti. En 1948, la cátedra de Arqueología Americana en la Facultad de Filosofía y Letras, retomó el proyecto de restauración de las ruinas con ayuda de la Universidad de Buenos Aires.
Ruinas de San Ignacio Miní
Las Ruinas de San Ignacio Miní es la mejor conservada de las misiones jesuíticas fundadas en territorio argentino a comienzos del siglo XVII con el fin de evangelizar a los nativos guaraníes. Sus construcciones se encuentran ubicadas en la actual localidad misionera de San Ignacio, a unos 60 km de Posadas. El sector histórico, hecho de enormes piedra, contiene los restos de una plaza central alrededor de la cual se distribuyen una iglesia, la Casa de los Padres, un cementerio, diversas viviendas y el cabildo.
Ruinas de Villa Epecuén
En el partido bonaerense de Adolfo Alsina, a 7 km de la ciudad de Carhué, se encuentran las ruinas del poblado de Epecuén. El pueblo, fundado en 1921 a orillas del lago Epecuén, llegó a tener cerca de 1.500 habitantes. La trágica inundación de 1985, producto de la repentina crecida del lago, sumergió a la ciudad completamente bajo el agua, obligando a que se evacúe la totalidad de su población. En los últimos años, con la bajada del agua, se pudo divisar las ruinas de la ciudad abandonada, convirtiéndose en un atractivo turístico y una reconocida locación para films de terror y ciencia ficción.
Ruinas del Shincal
La ciudad precolombina de Shincal se encuentra en el departamento catamarqueño de Belén. Con una planta de 24 hectáreas, el Shincal fue dotado de una plaza central con un pequeño montículo piramidal llamado Ushnu, símbolo del poder incaico. Además cuenta con un centenar de edificaciones como diversos depósitos, viviendas de pirca y murallas. Hoy en día las ruinas se encuentran abiertas al público y pueden recorrerse en pequeños grupos para preservar el lugar arqueológico.
Ruinas de Quilmes
Las ruinas tucumanas de Quilmes están ubicadas en los caminos por los valles Calchaquíes. El lugar fue primero propiedad del pueblo indígena de los Quilmes, posteriormente el estado provincial se adueñó del terreno y fue otorgado a un concesionario privado. Finalmente, las tierras fueron devueltas a los descendientes del pueblo originario quilmeño . Estas ruinas han sido parcialmente reconstruidas, por lo que en la actualidad pueden ser visitadas por los turistas.
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