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DANZA | 27-05-2022 14:08

Cantar y bailar

Gala de ballets en la ópera. Buenos Aires Ballet. Dirección general: Federico Fernández. Coreografías: Emanuel Abruzzo. En Ciudad Cultural Konex, el domingo 15 de abril.

En el repertorio operístico existen infinidad de segmentos dedicados al ballet, producto sobre todo de la exigencia imperante en el siglo XIX de incluir un momento de danza en toda nueva ópera que quisiera estrenarse en París. Compositores como Gluck, Verdi, Massenet, Gounod, Meyerbeer, Rossini, Wagner, entre otros, se vieron compelidos a crear música para estos agregados, que si bien a veces no tenían mucho que ver con el desarrollo dramático, daban un toque especial muy al gusto de la moda parisiense de la época.

Conviene sin embargo aclarar que la gala que comentamos no incluyó en su totalidad ballets de óperas, sino que también echó mano de fragmentos de óperas que no fueron específicamente compuestas para la danza.

El coreógrafo argentino y bailarín del Teatro Colón Emanuel Abruzzo tuvo a su cargo la estimulante tarea de crear nuevas coreografías sobre temáticas muy disímiles. Abrió el programa “La favorita”, sobre la partitura de Gaetano Donizetti, bajo la forma de un pas de deux clásico interpretado por Federico Fernández y Camila Bocca. Un cambio rotundo trajo la atmósfera sensual de la Bacanal de “Sansón y Dalila” de Saint-Saëns, que permitió disfrutar del logrado trabajo de Rocío Agüero y Nahuel Prozzi, completado eficazmente por Iara Fassi, Lola Mugica Calvo, David Juárez y Sebastián Bustos. Sobre el Preludio de “Tristán e Isolda” de Wagner, más algún agregado, Abruzzo ideó un intenso dúo de amor de corte neoclásico basado en diálogos bailados replicantes de los musicales. Resaltó aquí la labor interpretativa de la muy joven Milagros Niveyro, de gran expresividad, acompañada por Paulo Marcilio. Luego de un dúo poco logrado con música inconexa tomada de “Aída” de Verdi, Lola Mugica Calvo y Sebastián Bustos con simpatía y destreza acometieron el pas de deux de “Guillermo Tell” (música de Rossini, coreografía de Federico Fernández sobre Bournonville), antes de pasar al sugestivo juego amoroso de “Carmen”, en apasionada interpretación de Fernández y Ayelén Sánchez, sobre una orquestación del aria de Micaela de la ópera homónima. Exótica fue la danza de Julieta Zabalza para despojarse de sus siete velos en “Salomé” (música de Richard Strauss).

Para el final, Abruzzo eligió la magnífica música para ballet que Charles Gounod compusiera para su “Fausto”. El dionisíaco ambiente original cambió de sentido, trocado en elegante salón de baile, donde todo el elenco desplegó juventud y talento, destacándose la “competencia” virtuosa masculina.

Es de celebrar la intensa actividad que está llevando a cabo Buenos Aires Ballet, fruto sin duda de la excelente y persistente labor de Federico Fernández, que une a su desempeño como primer bailarín del Teatro Colón la dirección de este grupo. Entre los planes de la compañía figura la repetición de esta gala en la ciudad de Rosario (Santa Fe), el 22 de agosto en el Teatro El circulo.

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Patricia Casañas

Patricia Casañas

Periodista crítica de danza.

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