****1/2 Hoy esta película sería irrealizable. Toma elementos del cine de terror, un ritmo alocado que proviene de la caricatura, una tragedia personal para el protagonista y es, sobre todo, un film de superhéroes, quizás la primera incursión de Liam Neeson matando gente a lo pavo. Es la respuesta de Sam Raimi a sus ganas de hacer su versión de “El Hombre Araña...” que muchos años después efectivamente haría. Pero lo que hace de este film una gran película es la combinación de buenos actores convencidos de su rol y lo tragicómico constante de su puesta en escena. Más un lateral homenaje a los seriales del cine mudo que muestra la cinefilia salvaje del realizador. Todavía hoy, en plena era de la invención digital, las secuencias de acción cumplen y dignifican. Una joya para varios géneros.
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