**** Si miramos con un poco de atención, descubriremos que el mundo de los superhéroes tiende al surrealismo. Es un cosmos en el que puede pasar cualquier cosa y cuyas reglas físicas son elásticas, producto de su amalgama de ciencia ficción y cuento de hadas. La adaptación de la satírica y deforme Doom Patrol, del mismo universo de “Superman” y “Batman”, en formato de serie logra respetar ese disparate con (anti)héroes como un robot culposo, una chica con múltiples personalidades, una diva menor de Hollywood que se transforma en una gelatina asquerosa, un ser eléctrico y evanescente con culpa por su identidad sexual y un villano cuasi todopoderoso creado por un científico nazi. En medio de todo esto, funciona la combinación de humor y golpe emotivo en un escenario colorido y casi kitsch. La mayor de las virtudes de esta serie es su eficacia narrativa para crear personajes en cuyos sentimientos podemos creer.
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