***** Esto, amigos, es melodrama. Un criminal (Chaney) se refugia en un circo para escapar de la ley. Se convierte en un gran lanzacuchillos. Se enamora de la hija del dueño, que tiene una extraña fobia a las manos. Se corta las manos para estar con ella. Ella se enamora de otro. Hay venganza. Todo es desaforado pero, de un modo muy extraño y verosímil. Chaney efectivamente actuó “sin brazos” atándoselos a la espalda de un modo incomodísimo. El resultado, que lo muestra no solo como un genio del maquillaje o el truco sino como un actor impresionante, permanece hasta hoy como algo devastador, lo más parecido que el cine puede obtener de un sueño o, para ser más precisos, de una pesadilla. No se pierdan esta película, porque es pura sorpresa, pura locura, pura obra maestra surrealista.
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