(CUATRO ESTRELLAS)
Aunque el británico Ritchie ha sido durante mucho tiempo una especie de exhibicionista de la cámara y cínico de la violencia, a veces logra dar en el blanco. Este es el caso: probablemente El Pacto, la historia de un soldado estadounidense en Afganistán y de un intérprete que arriesga su vida por él, sea la mejor película que ha realizado.
Muestra su habilidad para que las escenas de acción tengan peso, pero deja de lado el doble sentido, la ironía, ese cinismo “canchero” que lastraba incluso sus historias más ingeniosas (Ritchie es siempre más ingenioso que inteligente) y se
dedica a darle un peso grande a sus personajes. Ahí radica toda la fuerza de la película: en combinación con la acción, nos importa lo que le pasa a los habitantes de este mundo.
Por una vez, el director Ritchie da un paso al costado para dejarle el centro a la historia y sus personajes, y con eso logra ser un cineasta.
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