★★★★★ La historia de un quebrado productor teatral y un contador aburrido que tienen un plan genial para hacer plata: vender acciones por el 1000% de una obra teatral que va a ser un fracaso premeditado. La obra se llama “Primavera para Hitler” e incluso si se tiene en cuenta que el realizador de esta genialidad es un antinazi (y judío orgulloso) de primer orden, hoy creemos que muchos no comprenderían la ironía, igual que esa platea al principio idiota que ve la obra una vez montada. Más allá de esta consideración si quieren extemporánea, lo que hacen Gene Wilder y Zero Mostel es monumental y de lo mejor de sus carreras. La película es amable, divertida, musical, inteligente y graciosa: todo lo que desde hace años le venimos pidiendo al cine y, cada vez, nos ofrece menos.
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