***1/2 Este film logró la histórica hazaña de llevarse el Oscar a Mejor Película no hablada en inglés y Mejor Película a secas, además de dirección y guión. Y ganó Cannes, además. El lector podrá pensar que es La Mejor Película Del Mundo, así, con mayúsculas. Y no: el realizador Bong ha creado películas muchísimo mejores, y una segunda visión de esta ingeniosa comedia negra sobre las diferencias de clase, más allá de momentos muy inspirados y un guión sinuoso que sostiene la atención del espectador en todo momento, resulta demasiado subrayada respecto de aquellas dos películas muy cercanas a la obra maestra. La extraña relación entre una familia muy al borde de la pobreza y una de mucho dinero, tejida en torno de una serie de simulaciones e imposturas, engaña un poco por lo hábil y por unos actores maravillosos. Pero hay algo de maniqueo en todo esto que le quita mucho peso.
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