En 2007, el control aerocomercial que dependía de la Fuerza Aérea Argentina pasó a la órbita de la Administración Nacional de la Aviación Civil (ANAC), que fue creada para optimizar el servicio. A pesar del cambio de gobierno y de la posterior fundación de la estatal Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) para completar el traspaso de control al ámbito civil, gremios denuncian que la tecnología en controladores sigue igual.
“Es muy improbable que se choquen dos aviones en el aire porque estos cuentan con múltiples barreras de contención”, señala Hugo Pedraza, representante de la Asociación de Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (Atepsa). Sin embargo, alertaron fallas en el radar, altos índices de estrés y falta de personal.
Consultados por el Equipo de Investigación integrado por egresados de Perfil Educación, tanto la ANAC como la EANA afirman que no hay inseguridad operacional, que las lowcost tienen mayor control que el resto de las aerolíneas y destacan inversiones por 200 millones de dólares para la modernización del sistema.
El presidente de la ANAC, Tomás Insausti, responde sobre las supuestas fallas en la seguridad de los aviones low-cost: “Este plan se hace con una mejora en seguridad operacional. Si no fuese un país seguro para operar no tendríamos las líneas aéreas que tenemos”.
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La última Semana Santa un avión de Austral, del grupo Aerolíneas, y otro de Avianca se cruzaron a muy poca distancia. Aquel episodio provocó insultos del piloto de la aeronave de Austral contra la controladora aérea de turno en el Aeroparque Jorge Newbery.
por Nadia Dragneff, Manuel Nieto
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