El ministro de Economía bonaerense, Pablo López, el mismo que era secretario de Finanzas de la Nación en 2014 cuando el país cayó en default técnico, ahora negocia día a día con los tenedores del bono que vence el 26 de enero para que acepten cobrar recién el 1 de mayo. Inició conversaciones formales con ellos el 7 de enero, una semana antes de que se anunciara la propuesta de postergación de pago, que debe ser aceptada por el 75% de los acreedores antes del 22 de enero.
El 60% del título está concentrado en pocas manos, sobre todo las del fondo norteamericano Fidelity, pero ninguno tiene más del 25%. El restante 40% está atomizado. Royal Bank of Canada, BlackRock, JP Morgan Chase, Allianz, Prudential y Tavelli son acreedores.
“Algunos bonistas están receptivos, el gobierno bonaerense no dio un salto al vacío y se puede llegar al 75%, pero los que dicen que sí un día después pueden decir que no y viceversa”, admiten fuentes de la negociación. “Es un ida y vuelta que hay que monitorear a diario”, agregan.
Si la provincia endeudada que Axel Kicillof heredó de María Eugenia Vidal no logra el 75%, puede entrar en default, lo que resultaría perjudicial para ambas partes. Si no se alcanza, se puede postergar el período de consentimiento unos días más. También podría pedir a la Nación un adelanto de la coparticipación, aunque se trata de un mecanismo de financiamiento de corto plazo, o puede recurrir al fondeo del Banco Provincia, aunque el gobierno de Kicillof pone en duda su capacidad de prestar.
Comentarios