Monday 16 de September, 2024

ECONOMíA | 05-09-2024 17:04

Dirección correcta en el largo pero las tensiones del corto plazo

La baja del impuesto y su eliminación desde el 1° de enero es una decisión correcta pero genera tensiones en el plano cambiario en lo inmediato.

 

Los últimos días han sido testigo de diversas desregulaciones. Al margen de la retracción del Impuesto PAIS, la eliminación del Registro Automotor ha cobrado protagonismo. El arancel de las transferencias se reducirá al 1%, y ya no se cobrará la emisión de cédulas de identificación automotor, títulos, chapas patentes ni la certificación de hasta dos firmas. Se simplifica la importación de insumos y se eliminan trabas burocráticas para la importación de acero, aluminio y materiales para la construcción, además de digitalizarse el Repostock. Esta medida alcanza a los principales productos de acero para la construcción. Por su parte, la AFIP, a través de la Resolución General 5555/2024, elimina trámites para la cadena de comercialización de la yerba mate. Asimismo, mediante el decreto 765/2024, los salones de fiestas y hoteles ya no tendrán que pagarle a la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) por reproducir música en eventos privados, eliminando así un impuesto clave para hoteles y eventos privados.

El Impuesto PAIS se redujo del 17,5% al 7,5%, desde el 2 de septiembre, impactando en tres frentes. Por un lado, en el sector externo, el abaratamiento del dólar importador implicaría un incremento de las compras externas, aunque ya se esperaba un aumento debido a la incipiente recuperación económica y al nuevo esquema de pagos. En efecto, es esperable un salto en la demanda de divisas durante septiembre-noviembre. Por su parte, en el frente fiscal, el Impuesto PAIS representó el 6,3% de los ingresos totales del Estado Nacional durante los primeros siete meses del año. Contemplando la devaluación de diciembre, el incremento de la alícuota y el universo gravado, este impuesto se convirtió en un factor clave a la hora de explicar el resultado fiscal superavitario acumulado. Por último, el impacto en precios podría traducirse en una reducción de los precios internos, aunque habrá que ver en qué medida.

En el plano financiero, se efectuó una nueva licitación de deuda adjudicando $4,47 billones frente a $3,61 billones de vencimientos. El 93% de lo colocado fue vía títulos a tasa fija. Por primera vez se pudo adjudicar un instrumento a tasa fija a un año de plazo, y el 7% restante se captó a través de un bono ajustable CER. Otra característica destacable es que se extendió el perfil de vencimientos. Agosto cerró con un plazo de colocación de 9 meses. En el caso de las Lecap, la mejora también fue sustancial, ya que se colocaron a 240 días en comparación con los 50, 91 y 129 días de los tres meses previos. Por otro lado, se convalidó una tasa efectiva mensual más alta que las tasas que prevalecían en el mercado secundario, lo que contribuyó a un incremento acelerado en los rendimientos de los bonos en los días posteriores. Por último, la disminución del riesgo país, que perforó los 1.500 puntos básicos y cerró la última jornada de agosto en 1.433 puntos básicos, tiene correlación con lo sucedido en el mercado de bonos.

En síntesis, la baja del impuesto y su eliminación desde el 1° de enero es correcta en el largo plazo, pero genera tensiones en el plano cambiario en el corto plazo. Además, se traducirá en una importante pérdida de recursos para el Tesoro. Lo positivo es que, desde septiembre, podrían bajar los precios de algunos bienes debido al menor costo de importación.

*Federico Pablo Vacalebre es profesor de la Universidad del CEMA.

por Federico Pablo Vacalebre

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