Thursday 28 de March, 2024

ECONOMíA | 01-07-2020 17:02

Esperan otro golpe regresivo en la desigualdad por la pandemia

Los economistas Claudio Lozano y Agustina Haimovich advierten sobre la evolución de la distribución de ingresos.

Los resultados de la evolución en la distribución del ingreso publicados recientemente por el INDEC permiten distinguir a grandes rasgos las siguientes dinámicas:

  • En el primer trimestre de 2020 se registra un incremento de la desigualdad general (considerando ingresos laborales y no laborales) con respecto al trimestre anterior, que se explica por un claro componente estacional producto del efecto que genera el cobro del aguinaldo. Sin embargo, al interior del conjunto de ocupados (despejando el efecto del aguinaldo) se percibe una mejora distributiva entre el estrato de bajos ingresos y los estratos medios y alto.

 

  • En términos interanuales, se produjo un leve descenso de la desigualdad general expresado en el Coeficiente de Gini, debido principalmente a la mejora experimentada en el estrato medio en relación al estrato alto. Sin embargo, esta leve mejora queda opacada por el mal desempeño sufrido por la población de más bajos ingresos, lo cual se traduce en un incremento de la brecha entre el promedio de ingresos percibido por el 10% más pobre y el 10% más rico. Ese peor desempeño responde en parte a una contracción del empleo en el decil más pobre.

Los niveles elevados de desigualdad que experimenta la sociedad argentina resultan aún más preocupantes si se tiene en cuenta el carácter insuficiente de los ingresos que percibe un amplio conjunto de la población para garantizar las condiciones materiales de vida de forma adecuada. A comienzos de este año, aproximadamente el 10% de los hogares percibe ingresos inferiores a la Canasta Básica Alimentaria para una familia tipo ($17.300 en Marzo), mientras al menos 4 de cada 10 se encuentran por debajo de la Canasta Básica Total (casi $42.000 en Marzo).

A raíz de la irrupción del coronavirus, cuyo impacto se reflejará recién en los resultados del segundo trimestre, se espera para los próximos meses un nuevo golpe regresivo en la distribución, que podrá ser mitigado parcialmente por las políticas de contención implementadas por el Gobierno, en la medida que las mismas tiendan a reforzarse y acentuar su carácter progresivo. De lo contrario, la etapa “pos-pandemia” nos encontrará con una severa ampliación de la ya elevada brecha entre ricos y pobres.

Acerca de los resultados de distribución del ingreso en el primer trimestre 2020. En el primer trimestre de 2020 el coeficiente de Gini alcanzó un valor de 0,444. Si bien ello implica un aumento de la desigualdad con respecto al trimestre anterior (0,439 en el 4to trimestre 2019), vale recordar que en los trimestres impares este indicador suele aumentar producto del efecto estacional que genera el cobro del aguinaldo. Sin embargo, en esta oportunidad, la suba estacional resulta más moderada que en otros trimestres. En términos interanuales, incluso se registra una leve reducción de la desigualdad (vs. 0,447 en el 1er trim. 2019).

Por otra parte, las brechas entre el decil 1 y el decil 10 indican que el 10% de la población con ingresos más altos gana en promedio 23 veces más que el 10% de ingresos más bajos, dos puntos más que en el cuarto trimestre (efecto esperable a causa del aguinaldo) y que en el mismo período del año anterior. Si en cambio se considera la mediana, la brecha entre ambos deciles es de 17 veces, lo que implica un incremento de un punto respecto al trimestre pasado y un estancamiento en términos interanuales.

Producto de lo anterior, una rápida lectura de los indicadores puede conducir a conclusiones que en apariencia resultan contradictorias: si se considera el coeficiente de Gini, la desigualdad mejora en el año, mientras que si se observa la brecha de ingresos medios, la desigualdad empeora. Esta aparente ambigüedad se aclara al considerar las características intrínsecas de estos indicadores: a diferencia de las brechas que solo reflejan lo ocurrido entre el decil 1 y el decil 10, el coeficiente de Gini sintetiza lo ocurrido en la totalidad de la distribución.  Por lo tanto, para tener una comprensión más cabal de lo ocurrido resulta necesario observar la dinámica experimentada al interior de la estructura distributiva, teniendo en cuenta las distintas variables de ingresos involucradas en el marco de la situación socioeconómica en la que se inscriben. 

El ingreso per cápita familiar promedio en el trimestre presentó un incremento nominal del 20,8% que en términos reales implica una recomposición del 11%. Sin embargo, esa mejora real varió entre un 3,2% en el decil más bajo y un 12,4% en el más alto, regresividad que se explica por el efecto del aguinaldo, en tanto los/as trabajadores formales tienen mayor presencia en los deciles de ingresos más altos. 

Al comparar con el mismo período del año anterior, se verifica un deterioro real promedio de los ingresos del 1,5%. En términos del comportamiento relativo entre deciles, surgen dos características a destacar:

  • El estrato medio de la distribución presenta una situación levemente mejor (o menos desfavorable, según el caso) en relación a los deciles de ingresos más altos, lo cual explica el descenso del Gini.

 

  • El 10% de ingresos más bajos registra la peor performance, en tanto experimentó un deterioro real de los ingresos del 9,1%. De allí que la brecha entre deciles aumente en el mismo período. 

Si se acota el análisis a la evolución experimentada por los ingresos de los ocupados (sin incluir el efecto aguinaldo y otras variables como jubilaciones, subsidios y demás), se aprecia que con respecto al 4to trimestre 2019, el ingreso medio de las y los trabajadores aumentó un 7,7% nominal (frente a un 8,8% de inflación), lo cual se traduce en una pérdida real promedio del 1%. Si bien ello implica un nuevo recorte en el poder adquisitivo, se modera el ritmo de caída con respecto al registrado en el 4to trimestre, cuando los ingresos de los ocupados habían sufrido un recorte promedio del 5,3%. 

En cuanto a la dinámica distributiva, a diferencia de los resultados que surgen de considerar al conjunto de la población, al interior de la población ocupada los resultados de este trimestre indican cierta progresividad con respecto al trimestre anterior. Al tiempo que el primer decil presenta la mejora real más alta (+8,1%), los deciles medios son los que registran un mayor deterioro.

En términos interanuales, el ingreso medio de los ocupados arroja una pérdida real del 7,2%, producto de que los ingresos de los trabajadores se incrementaron nominalmente en promedio casi un 40%, frente a un 50% de inflación. En ese período, todos los deciles detentan un deterioro real en sus ingresos, que resultó más pronunciado en los deciles medios (con una caída que llega al 10% en el decil 5). El decil de más bajos ingresos presentó el menor deterioro (-3,2%) mientras el decil de mayores ingresos registró una pérdida real del 5,3%.

Consecuentemente, el comportamiento que arroja la evolución en la distribución si se considera a la población total difiere de lo ocurrido si se analiza a la población ocupada: mientras en el primer caso, el decil de más bajos ingresos muestra el mayor deterioro en términos reales (-9,1% interanual), en el segundo caso evidencia una caída menor al resto de los deciles. La diferencia observada entre una y otra distribución puede deberse en parte a la dinámica experimentada en el empleo. En términos interanuales, en el primer decil se registra un incremento de la cantidad de no ocupados cada 100 ocupados, mientras a nivel general esta relación se mantuvo estable. Por otra parte, en el mismo período se registró un leve incremento de los ocupados que no percibieron ingresos, del 2,9% al 3,3%.

En cuanto al nivel de ingresos se observa que, tomando al universo de la población ocupada, al menos 3 de cada 10 trabajadores tienen ingresos inferiores a la Canasta Básica Alimentaria para una familia tipo ($17.300 en Marzo), mientras que 8 de cada 10 se encuentran por debajo de la Canasta Básica Total (casi $42.000 en Marzo). Si se replica dicho análisis teniendo en cuenta el ingreso total familiar percibido por los hogares, surge que aproximadamente el 10% de los hogares percibe ingresos inferiores a la CBA para una familia tipo, mientras que 4 de cada 10 se encuentran por debajo de la CBT.

 

* Los autores integran el equipo de trabajo del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas. Lozano es además director del Banco Nación.

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