Sunday 14 de December, 2025

MUNDO | 21-07-2025 03:46

Las ignorancias de Trump

Su endurecimiento con Vladimir Putin, reanudando la ayuda militar a Ucrania, se dio al caer en cuenta de sus errores por desconocimiento sobre Rusia y el proyecto de su líder.

Lo escuchaba con un rictus de asombro. El visitante de África hablaba sobre los acuerdos que esperaba firmar en Washington y su anfitrión lo escuchaba absorto, pero no por lo que decía sino por cómo lo decía. Al finalizar la reunión, ante las cámaras y los micrófonos que habían ingresado al Despacho Oval, Donald Trump felicitó al presidente liberiano por el perfecto inglés que hablaba y le preguntó dónde lo había aprendido.

Joseph Boakai esquivó con elegancia dar una respuesta. Es difícil responder esa pregunta sin resaltar la ignorancia de quién la formula. Es obvio que, como todos los liberianos, ese presidente africano aprendió a hablar inglés en su país, donde es el idioma oficial desde su fundación porque la historia de Liberia está ligada a los Estados Unidos.

Trump

En las primeras décadas del siglo 19, la Sociedad Americana de Colonización y Liberación de las Personas de Color, organización ligada al gobierno que mostraba cierta sensibilidad con los esclavos negros, colonizó con libertos ese territorio flanqueado por Guinea, Sierra Leona y Costa de Marfil. El flujo de esclavos liberados hacia esa colonia africana fue creciendo y, en 1847, proclamó su independencia.

El origen de su población explica que el flamante país africano adoptara como nombre Liberia y denominara Monrovia a su capital, en honor al presidente James Monroe, uno de los promotores del proyecto. Por esa razón, Liberia nació, creció y llegó a la actualidad hablando inglés. Un presidente de Estados Unidos puede desconocer la historia de muchos países africanos, pero desconocer Liberia implica desconocer la historia de su propio país. Eso explica que la pregunta de Trump a Joseph Boakai se haya reproducido acompañada por las palabras “ignorancia” y  “desconocimiento” en la mayoría de los comentarios que aparecieron en medios norteamericanos.

Trump

Quizá también tenga que ver con ignorancia su negación del cambio climático, que no se revierte ni siquiera mirando catástrofes como la provocada por la inundación en Texas. “Nunca vi nada igual”, dijo el presidente norteamericano ante a la devastación sufrida por los texanos, pero no lo relaciona con el fenómeno que lleva años negando. Aunque, corrigiendo su decisión de reducir al mínimo la agencia de supervisión y previsión de catástrofes, a la que ya había comenzado a recortar presupuesto.

Respecto al cambio climático que siempre negó, probablemente se trate de una simulación de negacionismo, ya que quiere apropiarse del Ártico canadiense y de Groenlandia porque sabe que el calentamiento global está derritiendo glaciares y dejando a la intemperie tierras ricas en minerales de todo tipo. En las apariencias, Trump niega que haya cambio climático pero, en los hechos, mueve fichas geopolíticas porque sabe que los hielos están en retroceso.

Trump

Lo que debe reconocérsele es que, en algunos casos, corrige sus errores provocados por ignorancia y negligencia. ¿Cuáles son los errores que corrige? Aquellos en los que queda en ridículo por haber anunciado hechos que luego no sucedieron. La última corrección se está dando respecto a Rusia y Ucrania. El jefe de la Casa Blanca está descubriendo recién ahora que Vladimir Putin es un criminal y que la guerra comenzó porque ordenó invadir al país vecino.

Hasta que Putin lo dejó pagando con el cese del fuego que había anunciado con bombos y platillos, Trump había repetido al pié de la letra la versión del Kremlin sobre el conflicto. Castigó a Ucrania cortándole el suministro de armas y municiones porque consideraba que la Revolución Naranja que inauguró el primer gobierno anti-ruso, fue orquestada por la CIA con el objetivo de ampliar la OTAN incorporando ese país eslavo, para colocar allí misiles nucleares apuntando a Moscú.

Trump

Creyendo en esa versión de los hechos, diseñada por las usinas de propaganda rusa, Trump inició su segundo gobierno postulándose como mediador. Pero comenzó su rol arbitral planteando que el territorio ya ocupado debe quedar dentro de Rusia. Su parcialidad a favor del líder ruso se refleja también en su desprecio inicial por Volodimir Zelenski, laprimeravíctima de sus emboscadas en el Despacho Oval. En rigor, había empezado a perjudicar a Ucrania desde un año antes de reasumir la presidencia, haciendo que los republicanos bloquearan en el Congreso la aprobación de las ayudas económicas y militares.

Trump hizo un importante aporte para que el ejército ruso pueda avanzar como lo hace desde hace más de un año. Estaba convencido de que Putin le devolvería esos favores ayudándolo a aparecer como  el “artífice” del final de la guerra. Por cierto, el final iba a favorecer a Moscú porque estaba dispuesto a que los territorios ocupados quedaran en manos de Rusia. Pero, a la hora de que el líder ruso facilite el cese del fuego que estaba anunciando Trump, lo que hizo fue sabotearlo con intensos bombardeos a ciudades de Ucrania.

Trump y Putin

Ocurre que el corte de asistencia militar redujo los arsenales ucranianos de misiles interceptores, lo que aprovechó Putin para golpear Kiev, Kharkiv, Kherson, Dnipro y otras ciudades donde las bombas rusas demolieron edificios y masacraron civiles. Recién entonces Trump descubrió que no entiende al líder ruso ni el conflicto que quería convertir en escenario donde protagonizar el papel de “gran pacificador”. La indignación que le provocó sentirse traicionado por Putin y chocar contra la realidad de esa guerra eslava lo puso de regreso a la OTAN.

Había vuelto a la Casa Blanca con la intención de retirar de la alianza atlántica a la potencia que la creó. Sin embargo, su choque con la realidad que impone la Rusia de Putin lo puso a re-calcular. Y a renglón seguido, reinició el envío de armas y municiones a Ucrania. Quizá sea consciente de que muchos civiles murieron y perdieron sus hogares por los drones y misiles rusos que entraron a las ciudades desprovistas de proyectiles interceptores. O se lo hizo ver alguien de su entorno, si es que alguno entiende estas cuestiones mejor que Trump y se atreve a señalarle errores.

La obsecuencia le impide al líder el “darse cuenta”. Es probable que tampoco le hayan dicho, tras la recepción al presidente de Liberia, por qué fue desacertada su pregunta sobre la razón del perfecto inglés que habla ese visitante africano.

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Claudio Fantini

Claudio Fantini

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