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ECONOMíA | 10-08-2020 09:53

¿Guzmán negoció mal la deuda? Trastienda del tenso proceso

¿La discusión podría haberse resuelto antes si el ministro de Economía hubiese sido más flexible en un principio? Lo que cedió y lo que no. Los roles de Massa, Galuccio y los lobos de Wall Street.

La pregunta de si la negociación duró demasiado persistirá. Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de Eco Go, ha sido crítica del modo en que el ministro de Economía, Martín Guzmán, dilató la discusión, pero admite que a principios de año el mercado esperaba un pacto en 65 dólares por cada 100 adeudados y al final se cerró en 54,80. Sin embargo, una fuente vinculada a la negociación cuenta que desde que estalló la pandemia mundial, en marzo, se sabía que el acuerdo rondaría entre los 53 y los 57. 

Guzmán, sin embargo, fue al principio fiel a sus estudios sobre sustentabilidad de la deuda y encontró el apoyo en cálculos similares del FMI para plantear una oferta de 39,70. El ministro no lo negoció con los bonistas y dijo, con su tono apacible, que era una orden de Alberto Fernández y que no se iba a mover un centavo. La actitud no irritó a todos los fondos de inversión, pero sí al mayor de ellos, BlackRock, cuyo negociador, el ex subsecretario de Hacienda mexicano Gerardo Rodríguez, le advirtió a Guzmán que iba a arreglar con su sucesor. BlackRock retrucó pidiendo 77. Fue entonces cuando medió el ex presidente de YPF Miguel Galuccio ante el CEO de BlackRock, Larry Fink, para que corriesen a Rodríguez y entonces fue reemplazado por la abogada Jennifer O’Neill, la que terminó acordando. Entonces también hablaron directamente Guzmán y Fink.

Pero corrían los meses y el ministro no negociaba como querían los fondos. Entonces, por instrucción del Presidente y de Guzmán, Sergio Massa hablaba con los inversores para calmar los ánimos. Gustavo Beliz y Jorge Argüello también contactaron al FMI y al Tesoro de EE. UU., respectivamente, para que también tranquilizaran a los bonistas. 

Hace una semana, cuando Guzmán propuso 53,50 y BlackRock, 57,50, Massa aconsejó acordar antes que romper. Lo mismo hicieron Cristina Kirchner y Roberto Lavagna. Fernández esperó hasta el  sábado 1 de agosto antes de darle la orden a Guzmán de negociar. Entonces el ministro llamó a O’Niell y por fin comenzó el regateo. El estudioso de la sustentabilidad de la deuda ya había cedido bastante y cedería más, pero con objetivos inamovibles: mantener la fuerte baja de intereses y evitar pagos fuertes en el gobierno de Fernández, no por un interés político sino para dar margen a que el país se recupere. Antes había advertido que si cedía, tendría que ajustar a los jubilados. Ahora lo discutirá con el FMI. El domingo 2 a la tarde terminaron de pactar y entonces Guzmán encargó a Sebastián Loketek, CEO local de Bank of America, banco contratado por el país para negociar, que continuara el diálogo con O’Niell, asistida en lo financiero por un argentino que representaba un fondo chico, Macrosynergy, pero que en el proceso había llevado la voz más dura, Pablo Federico.

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Alejandro Rebossio

Alejandro Rebossio

Editor de Economía y columnista económico de Radio Perfil.

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