El kirchnerismo y Clarín se llevaron bien hasta que estalló la crisis del campo en 2008, poco después de que Néstor Kirchner aprobara la fusión entre Multicanal, de Clarín, y Cablevisión, que era de la norteamericana TCI. A partir de entonces comenzó una guerra que incluyó la estatización del fútbol por TV, la investigación de si los Noble Herrera habían sido bebés robados por la dictadura, las acusaciones de torturas del régimen militar a los dueños de Papel Prensa para que la entregaran a Clarín, una norma para regular esa fábrica y la ley de medios audiovisuales que afectaba más que a ninguno al grupo de la trompeta a la hora de exigir desinversiones. De lo que era esa ley, el kirchnerismo se concentró sobre todo en aplicar lo referido al conglomerado de Héctor Magnetto. La Corte Suprema, con Ricardo Lorenzetti, a la cabeza respaldó la obligatoriedad de desinvertir, pero la dilató. Así, Clarín ganó tiempo hasta que llegó el gobierno de Macri al poder.
De 2008 a 2015, el grupo mediático se enfrascó en un “periodismo de guerra” con el gobierno de Cristina Kirchner, según reconoció el fallecido editor de política del diario Julio Blank. No por nada el kirchnerismo llamó Todo Negativo a TN y Guillermo Moreno pasó de aprobar la fusión Multicanal-Cablevisión al cotillón anti Clarín y los guantes de box en la reunión de directorio de Papel Prensa.
En su libro ‘Sinceramente’, Cristina Kirchner escribió sobre un encuentro con Magnetto en plena guerra, en 2013: "Recuerdo un día que, ya finalizada la sobremesa, íbamos caminando hacia la salida del comedor y Magnetto me dijo: ¿No pueden sacar la reforma?, la gente no está de acuerdo, la calle no está de acuerdo, hay mucha crítica y opinión negativa. Entonces le contesté: ‘Ay, Héctor -no le decía Magnetto, le decía Héctor-. ¿La calle? ¿Me lo dice en serio? ¿Usted cree que la calle sabe qué estamos discutiendo en el Senado? La calle ni siquiera sabe lo que es el Consejo de la Magistratura, son ustedes los que no están de acuerdo, no la calle. Mire, pueden seguir sacando 20.000 editoriales y artículos en mi contra que voy a seguir opinando lo mismo y votando lo mismo?’”. También escribió: "Él tiene un fuerte interés por la política y no se trata solamente de un tema de lobby, para resguardar o mejorar sus intereses económicos, eso sería minimizarlo. Le interesa el poder de la política, el poder del sistema de decisiones, es decir, el poder en sentido estricto y completo”.
Comentarios