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ECONOMíA | 20-12-2019 10:22

Prudencia e incógnita: los detalles finales del plan Guzmán

De buenos modales, el ministro de Economía descartó excesos en el gasto y la emisión monetaria. Dudas por la deuda y los impuestos.

Martín Guzmán ha demostrado en su primera conferencia de prensa como ministro de Economía, el pasado 11 de diciembre, que se puede ser muy progresista, crítico del neoliberalismo y de las recetas del FMI, pero con buenos modales y con prudencia y consistencia en las políticas que describió de lo que sería su plan. No necesitó un discurso tribunero ni apelar a un llamamiento a la expansión fiscal y monetaria para evidenciar el cambio de rumbo que supondrá su gestión respecto de la de sus antecesores en el gobierno de Mauricio Macri. Está clara la intención y algunos métodos, pero faltan los detalles donde se cuela el diablo.

Antes de que el ministro de Economía de Alberto Fernández se convirtiera en 2013 en un discípulo de Joseph Stiglitz, uno de los pocos Nobel de Economía heterodoxos, tenía como mentor a uno de los profesores más prestigiosos de la Argentina, Daniel Heymann, admirado a izquierda y derecha (de hecho, Nicolás Dujovne también lo consideraba su maestro). Guzmán lo había tenido de docente de grado y posgrado en la Universidad de La Plata. Después Heymann lo invitó a investigar y enseñar en la UBA.

“El enfoque de Guzmán es sensato, aunque no hubo anuncios especificos. Prometió que en los próximos días que publicará el plan por escrito”, comentó Heymann a NOTICIAS después de la rueda de prensa. “No hará un ajuste de inmediato, pero tenderá al equilibrio fiscal. Quiere una renegociación de la deuda razonable. Es una forma sensanta de encarar los problemas urgentes que tenemos. El objetivo de política económica es calmar la economía para lograr su reanimación y cumplir con la restricción presupuestaria. El mensaje es que quiere empezar a caminar y así consolidar las expectativas, y que eso le permita seguir caminando. Es un proceso de normalización de la economía”, opina este integrante de la Academia Nacional de Ciencias Económicas que también da clases en la Universidad de San Andrés.

Antes de escucharlo en su primera alocución como ministro, Heymann expuso en la Cámara Argentina de Comercio y planteó que “si no exportás, no podés tener mercado interno”. Después NOTICIAS le preguntó entonces si era posible el sueño de Alberto Fernández de reactivar la economía con el impulso del consumo, y entonces el académico admitió que el empuje puede ser limitado, pero puede ocurrir dada la depresión de la demanda doméstica y el crecimiento de las exportaciones tras la devaluación del peso en 2018 y 2019.

Heymann consideró que Guzmán es un economista “valioso” y “pragmático”. Y puso un ejemplo: ni es de los que consideran que la emisión monetaria es la única causa de la inflación, como los más ortodoxos, ni descarta que tenga impacto alguno en los precios, como los más heterodoxos. De hecho, prometió prudencia en la emisión monetaria para financiar al Tesoro.

Consejeros del FMI. "Veo conciencia de la realidad en términos de las restricciones fiscales y monetarias", destaca Miguel Kiguel, ex subsecretario de Financiamiento –encargado de la emisión de deuda– del gobierno de Carlos Menem y actual socio de la consultora Econviews. Kiguel también es uno de los economistas de consulta del Fondo Monetario Internacional en la Argentina. “Además hay conciencia de las necesidades de una situación social compleja, de una pobreza muy alta”, se refiere a un drama que creció del 29% al 41% en la era Macri, según la Universidad Católica Argentina (UCA).

Kiguel admite que se necesitan “aspirinas para aliviar el dolor a la gente” y políticas que ayuden al crecimiento, pero todo eso será posible, según su opinión, si se arregla con los acreedores. “Tenemos un buen diagnóstico. Ahora hay que ver cómo implementamos lo que hace falta, cómo se negocia con los bonistas y el FMI. Guzmán dice que el Fondo admitió que se equivocó con la Argentina, que creo que es así. Está bien encaminado, pero la ejecución es difícil para cualquiera, sobre todo para alguien que nunca estuvo a cargo de la economía”, recuerda Kiguel la trayectoria netamente académica del ministro.

Otro hombre de consulta del Fondo es Daniel Artana, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL). "Guzmán no anunció el programa, pero prometió que lo publicarán", arranca Artana. "Pero hubo cosas importantes. Tiró abajo esta idea extendida dentro del Frente de Todos de que podemos darle a la maquinita (de impresión de billetes) y no pasa nada. Emisión va a haber, pero moderada. Segundo: dijo que la Argentina debe tener un equilibrio fiscal. Es decir, un superávit primario (antes del pago de intereses de la deuda), aunque no se sabe cuántos intereses quiere pagar tras la renegociación. Quiere ponerse un sendero al equilibrio, pero en 2020 no hará ajuste sino que espera crecer para que haya más recaudación (tributaria). Entonces yo digo: para que eso funcione el gasto tiene que crecer poco y nada en términos reales (ajustado por inflación)”, expone Artana, que duró apenas semanas como secretario de Hacienda del gobierno de Fernando de la Rúa por el rechazo a su plan de recortes.

Guzmán también se refirió a un proyecto de ley de solidaridad en la emergencia y reactivación productiva. “Uno puede inferir que aumentará el gasto para los de menos recursos y que, por tanto, en principio subirán los impuestos –continúa analizando Artana–. Habrá que ver cómo hacen para que ese aumento no genere mucho ruido. Si suben mucho las rentenciones, algún costo van a pagar en términos de producción, y eso es un tiro en el pie”.

Protestas. Está por verse si los impuestos a la exportación, del 7% para el campo, se elevan al 12% que impuso Macri en 2018 ante la crisis o mucho más, como en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Si se disparan, hay promesa de cortes de ruta de los ruralistas.

Hasta ahí, el análisis más ortodoxo. Del otro lado, Marta Bekerman, directora del Centro de Estudios de la Estructura Económica de la UBA e integrante del Plan Fénix, observa: “Del plan económico se conocieron los objetivos generales. Tiene mucho eje en la falta de alimentación y la pobreza. Hay un enfoque de políticas sociales en la ley de solidaridad y reactivación productiva. A nivel macroeconómico se confirma esto. Se dijo que no se puede expandir la política fiscal, pero tampoco ajustarla. De esto se desprende que se actuará más sobre los ingresos, con más impuestos y con crecimiento económico que mejore la recaudación”, escudriña Bekerman.

“A nivel monetario, Guzmán dijo que no se puede expandir demasiado, y que debe estar coordinado con lo fiscal. Fue bastante cauteloso”, concluye.

“Plantear estos problemas es fundamental porque el riesgo país no es sólo con los acreedores sino también con la pobreza y la falta de alimentación”, elogia la economista.

“Pero no sabemos cómo coordinará la macroeconomía. Sabemos que seguirá el control cambiario, pero se requiere un conjunto de políticas económicas difíciles que dependen de la negociación con los acreedores privados y el FMI, que estaría más comprensivo tras reconocer sus errores. También dependen de la credibilidad que se genere en la gente para que aumente la muy baja demanda de dinero para que así se pueda emitir más y expandir más la economía. Porque ahora cualquier emisión se va al dólar y a precios. Hay que romper ese círculo vicioso, recuperar la credibilidad de la moneda”, finaliza Bekerman.

Otros dos economistas de prestigio prefieren esbozar su análisis pero sin nombre y apellido. Por un lado, por la falta de conocimiento del aún desconocido plan económico. Por otro, quizá por el impacto que sus palabras puedan provocar en el nuevo gobierno. Ambos sonaron en la danza de nombres de eventuales funcionarios de Fernández, aunque alguno de ellos estuvo bien lejos de serlo. El primero valora como positivo que se prometa un “plan”. Durante los 12 años de kirchnerismo hubo renuencia a explicitarlo con el argumento de que los gobiernos anteriores los anunciaban y fracasaban. El mismo interlocutor también elogia que se hable de “coordinación” entre las políticas fiscal y monetaria, algo de lo que careció el gobierno de Macri, sobre todo en sus inicios. Las dudas vienen por otra parte.

“Se dice que no hay posibilidad de ser expansivo en lo fiscal. Tampoco en lo monetario. Que no se van a hacer reformas estructurales –eufemismo con el que se designan flexibilización laboral, ajuste jubilatorio y rebaja tributaria–. Entonces, sólo te queda agarrártelas con los acreedores. Hay riesgo de una fuerte quita no cordial, unilateral en la deuda de legislación local, donde no hay riesgo de juicios, como en la de ley extranjera, pero donde te mata el mercado doméstico de capitales. Y la Argentina necesita financiamiento para inversiones como las de Vaca Muerta o las del sector privado”, advierte el economista. “El plan económico es simplemente un plan de deuda, que dejará huellas. No hay aún incentivos a la producción ni a la investigación y desarrollo. Es cierto que tras la dura reestructuración de la deuda de 2005 la avaricia le ganó al miedo, pero es porque llevabas tres años en default. Y ahora no tenés tiempo para quedarte tres años en default”, completa.

Cómo. El otro economista que prefiere el anonimato señala que sólo se conocieron de momento los “títulos del plan”. “Se leen bien. Van a priorizar el crecimiento, pero la política pública es decir lo que no vas a hacer. Guzmán quiere crecer, ser consistente en lo fiscal, proteger a los más vulnerables, pagar la deuda. Son buenas intenciones de un tipo que parece abierto, humilde y que sabe de economía. Pero no contó cómo lo hará. Lo bueno es que no quiere romper nada. Tipos como Stiglitz saben que no podés tirar monedas en helicóptero ni aumentar el gasto en forma exponencial. Pero el trabajo es complicado y tiene un equipo corto que no le permite generar confianza. ¿Qué impuestos va a subir? ¿Cómo conciliás las intenciones legítimas con la sábana corta y el poco tiempo?”, se pregunta el analista. Es que los vencimientos de deuda y el hambre ya le marcan el ritmo al undécimo presidente peronista en la historia argentina.l

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Alejandro Rebossio

Alejandro Rebossio

Editor de Economía y columnista económico de Radio Perfil.

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