Friday 26 de April, 2024

ECONOMíA | 08-02-2021 14:40

La salud, un sistema heterogéneo

En la Argentina, este sistema es complejo y se enfrenta a múltiples desafíos, por lo cual debemos evitar simplificar las soluciones.

En la Argentina, el sistema de salud es complejo, heterogéneo y se enfrenta a múltiples desafíos por lo cual debemos evitar simplificar las soluciones.

El primer objetivo en este momento debería ser superar la crisis de financiamiento con medidas de corto plazo. Eso no sólo implicaría recomponer aranceles, sino también analizar la viabilidad financiera y los pooles de riesgo de los financiadores, así como la escala y eficiencia de los prestadores. En ese marco, se puede pensar en hacer un uso más eficiente de la red prestacional con acuerdos público-privados.

El segundo desafío es empezar a tener una priorización explícita de las intervenciones en salud para toda la población. Es decir, dotar a la población del derecho a la salud y hacerlo efectivo teniendo en cuenta las restricciones de recursos que tenemos y no solo tener un programa médico obligatorio para el subsector con más poder adquisitivo. Ello realmente permitiría empezar a integrar el sistema de salud.

El tercer desafío –y no menor– es resolver la diferencia en la disponibilidad de recursos financieros y humanos, de infraestructura, de aparatología entre regiones y entre provincias. Hay que repensar esa situación, pero dentro de los límites de nuestra Constitución, porque estamos en un país federal y cada una de las provincias está a cargo de la salud de su jurisdicción, incluida su financiación. Hay mecanismos que podrían pensarse, como un fondo regional de compensación de asimetrías, pero todos requieren de aporte presupuestario de Nación y consenso. Es muy importante, además, lo que piensa y lo que quiere la población respecto del sistema de salud.

Es clave generar consensos, entre todos los actores; alinear los objetivos políticos con los del sistema, para que, una vez superada la pandemia, la salud siga siendo una prioridad y que quede el bagaje y la infraestructura para que en el futuro –y ojalá no sea necesario– se puedan afrontar nuevas pandemias si es que surgieran.

(*) Economista de la salud. Investigadora de la Universidad iSalud.  

por Natalia Jorgensen*

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