La EDUCACIÓN FINANCIERA es la disciplina mediante la cual se proporcionan los conocimientos financieros y a su vez éstos, son los que permiten entender el funcionamiento de nuestro dinero. Hacer el uso correcto de éste y permitiendo adicionar día a día lo que permita nuestro presupuesto nos asegurará el bienestar del presente y el progreso hacia el futuro.
En Argentina se observa un gran déficit en esta materia porque no forma parte de la currícula de la educación formal primaria ni secundaria, como tampoco de la universitaria haciendo excepción a las carreras económicas especializadas. Este tipo de educación, que no es ni más ni menos una educación para la vida solo se adquiere de emprendedores que han podido ver en el dinero el fruto de la acumulación de esfuerzo pasado y puede constituirse en una ayuda inicial y posible motor de desarrollo personal y empresarial futuro.
Desde el comienzo de la vida económicamente independiente, la mayoría de los seres humanos buscan disfrutar de ella al máximo, sin apreciar la importancia de acumular capital. El gasto acumulado de pequeños disfrutes del “hoy”, cine, salidas a cenar, reuniones frecuentes con amigos, compras de artículos innecesarios etc. erosionan la capacidad de ahorro que quizás, le pudiera dar la posibilidad de tener, su propia casa mañana, su auto para trabajar y unas merecidas vacaciones para descansar. El uso indiscriminado del crédito (tarjetas, financieras, cuotas, etc.) arrastran a un endeudamiento, que cada día aleja más los objetivos que se pretenden desde la edad joven.
El crédito puede y debe ser considerado una herramienta de activación de la producción y no de facilitación del consumo. Si pagamos intereses por cosas superfluas estamos “gastando” más para una satisfacción que pudo haber sido demorada. Si pagamos intereses para producir más y obtener más bienes le estamos dando un efecto dinamizador a nuestra economía y esto sería verdaderamente positivo.
En próximas publicaciones, analizaremos algunos aspectos de la organización financiera sobre la que podemos trabajar en lo personal, familiar y empresarial para ayudarnos a tener un crecimiento sostenido de nuestros capitales y una evolución progresiva de nuestra “empresa” con el uso de los mercados financieros disponible en el país y el mundo. Hoy prestarle (ser acreedor) a un país o provincia, a una empresa nacional o multinacional a través de acciones u obligaciones negociables o formar parte de un FCI (Fondo Común de Inversión) y a través de él, ser dueño de pequeñas porciones de capital es muy simple, y lo podés lograr desde una computadora o celular conectados a internet.
Con frecuencia y desde la independencia económica de sus padres, la mayoría de los jóvenes adquieren un nivel de gastos igual o superior a sus ingresos, facilitado primero viviendo solos, luego en pareja y luego criando hijos sumado a fuertes campañas publicitarias que incitan al consumo, al endeudamiento y al tener “todo yá“ que poco a poco los va arrastrando a un camino muy difícil de salir y que solo lo puede hacer la educación financiera asociado a un esfuerzo mucho mayor que si se hubiese previsto anticipadamente
Recuerda que niños educados financieramente hoy, serán adultos desendeudados mañana.
por CEDOC
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