La nueva normalidad empieza a adoptar hábitos de aquella vieja normalidad. El mundo corporativo tuvo que adaptarse de manera abrupta al impacto que provocaron las restricciones provocadas por la irrupción del COVID. No obstante, cuatro años después, la realidad parece retornar a los tiempos previos a la pandemia.
Hace 2.500 años, Heráclito dijo “lo único constante es el cambio”. “La pandemia, y los hechos posteriores, nos muestran que el cambio ya no es la constante, sino que el cambio es ahora exponencial”, indica Christian Bernal, director de la Maestría en Recursos Humanos de la Universidad de San Andrés. En este escenario, el cambio y la variabilidad es la nueva constante. "El mundo de las organizaciones pasó de vivir en entornos VUCA (volátiles, inciertos, complejos y ambiguos), a entornos BANI (brittle:quebradizos, ansiosos, no lineales e incomprensibles)”, amplía Bernal.
Si en algo coinciden los especialistas es que el mercado laboral atraviesa una crisis de talento, por cuanto deben esforzarse para competir y atraer candidatos, así como fidelizar a sus propios empleados. “Un mercado donde aquellas personas que pueden hacerlo se detienen a pensar qué quieren hacer, y eligen distintas formas de incluir el concepto de trabajo en sus vidas. Y por eso hoy la propuesta de valor en su totalidad cobra más importancia que nunca, donde la compensación y los beneficios dejan de ser diferenciales y pasan a ser higiénicos, y el tipo de proyecto (el qué), la forma de trabajo, (el cómo) el equipo de trabajo (con quién) y el propósito (el porqué) pasan a ser determinantes para que las personas elijan su lugar de trabajo”, amplía Bernal.
Prioridades. En el pasado, los postulantes a un puesto lo primero que preguntaban eran las condiciones económicas, mientras que hoy plantean como parte de sus prioridades el tema de la presencialidad. Por esa razón, Julio Bresso, profesor de la Universidad Austral y director ejecutivo de BRESSO C&M, explica que muchas empresas están adoptando políticas de flexibilidad para atraer y retener talento. “Hay un compromiso menor con las organizaciones. Y opciones como el trabajo remoto y los sistemas híbridos son un desafío para reglamentar. Los empleados valoran cada vez más la conciliación entre el trabajo y la vida personal, así como la posibilidad de un equilibrio adecuado”, agrega.
La globalización hace que el trabajo remoto sea una ventaja para las empresas al acceder al talento en cualquier parte del mundo, y por el lado de los trabajadores calificados pueden obtener mayores posibilidades de trabajo y mejores condiciones. Por eso, Bernal considera que cambia el concepto de “movilidad laboral”, porque por “primera vez en la historia de la humanidad es posible para las personas separar el lugar donde viven del lugar donde obtienen el sustento”. “La tendencia global apunta al trabajo híbrido en todas sus versiones, a la vuelta al lugar de trabajo con un propósito determinado, y no completo remoto, en la medida que la dinámica del negocio lo permita”, subraya.
En Argentina, la modalidad híbrida está aún más segmentada porque algunas empresas definen la cantidad de días presenciales y home office por semana (3x2 o 4x1). “Esto, además de afectar la libertad de elección de las personas, limita las ventajas del trabajo híbrido en su mayor potencial. Se puede escuchar en un pasillo: “voy a la oficina para estar encerrado en una sala con reuniones virtuales”, explica Bernal. En este contexto, el mundo corporativo no encuentra un camino único a tomar. Algunas compañías multinacionales mantienen el home office completo, otras dejaron un día para el “trabajo en casa” y están las que volvieron a la presencialidad total. “Las empresas están en distintos estadios, algunas están capitalizando y potenciando los aprendizajes de la pandemia, otras mantuvieron los mismos esquemas, y algunas están volviendo a cómo era antes”, detalla Bernal. Bresso alerta que “el home office total no es conveniente, salvo excepciones, porque se pierde el espíritu de equipo, la socialización, por lo que lo físico es necesario también. No todo el mundo está preparado para responder profesionalmente al remoto. No obstante, la presencialidad no volvió como antes de la pandemia, ya que los empleados se acostumbraron al home office”.
Contexto. La tecnología seguirá influyendo cada vez más en el entorno laboral y en las nuevas modalidades de empleo. Según un informe del World Economic Forum 2023, el 80% de las compañías planea continuar invirtiendo en tecnología para sus organizaciones. Actualmente, se estima que el 34% de las tareas dentro de una organización son realizadas por algún tipo de máquina o sistema de automatización. Gabriel Pereyra, CEO de modobeta, aporta que la pandemia “aceleró los procesos de digitalización en las organizaciones y ha introducido la noción de un mundo híbrido, donde lo presencial y lo virtual conviven. Actualmente, existe una gran incertidumbre sobre el futuro del trabajo, pero también algunas certezas”. Asimismo, para los próximos cinco años se proyecta una pérdida de 83 millones de puestos de trabajo debido a la obsolescencia, también se crearán más de 63 millones de nuevos puestos, muchos de los cuales aún no se han concebido. “El desafío principal para las empresas radica en adaptarse a estas nuevas tecnologías y reentrenar a sus colaboradores para hacer frente a los cambios”, concluye Pereyra. El mercado laboral vive una nueva normalidad, que quiere volver a parecerse a la vieja... MARCELO ALFANO
por Marcelo Alfano
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