Fue una de las estrellas del último hot sale. La venta de antenas receptoras del sistema de internet satelital de Starlink superó los pronósticos iniciales y con la bonificación de casi 20% ($399.000) y la correspondiente financiación, animó a varios a apostar por una novedad que, en teoría soluciona la conectividad en zonas alejadas o la mejora contra los servicios locales de calidad irregular.
Natalia Conde, Executive Controller en Stylus, una firma con 35 años de experiencia que es distribuidora autorizada de Starlilnk, se mostró satisfecha por los resultados de las ventas. “Por ahora estamos abarcando el mercado B2C -al consumidor- bajo los tres canales de ventas oficiales (Certrogar, Frávega, Mercado Libre), con proyecciones en mediano plazo en dar soluciones al mercado corporativo. El mercado de acceso a internet es de alrededor de 11 millones de hogares, pero con el foco enunciado esperan vender 100 mil antenas durante este año. “Es temprano para ser más certeros en el perfil de clientes que están comprando el dispositivo (se lanzó hace poco más de un mes) pero podemos verificar que no sólo se está vendiendo donde no hay acceso a internet, sino que también están cambiando de proveedor buscando mejor servicio”, detalla.
Disrupción. Como toda tecnología de telecomunicaciones, la satelital también tuvo grandes avances en las últimas décadas. El consultor en telecomunicaciones Enrique Carrier señala que, así como las redes móviles fueron evolucionando en sus capacidades con la llegada de cada generación (2G, 3G, 4G y 5G, por ahora) como también lo hicieron las redes fijas con su paso del cobre (primero con el par telefónico, luego con las redes coaxiales) a la fibra óptica, también los satélites tuvieron su evolución. Fue de los tradicionales satélites GEO a los HTS (que siguen siendo GEO, pero ofrecen más capacidad) y, más recientemente, a las constelaciones LEO. Sin embargo, “es tan grande el impacto de estas últimas que pareciera que la internet satelital es algo nuevo. En realidad, lo que es nuevo es su accesibilidad”, enfatiza.
Carrier estima que la llegada de Starlink suma una oferta relevante para la conectividad en zonas no cubiertas o mal atendidas por las redes terrestres (de cobre, fibra óptica o inalámbricas). Si bien existe ya una oferta satelital tradicional, además de sus mejores prestaciones (en velocidad y latencia) Starlink tiene el atractivo de ser autoinstalable. “Esto es muy importante para zonas alejadas donde se hace dificultoso la llegada de personal técnico para realizar la instalación” concluye.
La marca tiene una ventaja competitiva singular: el marketing que realiza su fundador y alma máter, Elon Musk, también conocido por el emprendimiento espacial vinculado SpaceX, la automotriz Tesla (vehículos eléctricos de última generación) y su última adquisición, la red X (antes, Twitter). “Acá en Chile, la competencia que tuvimos fue durísima porque nuestros clientes migraban a Starlink casi como subirse a una ola y era sugerida por referentes de opinión, pero no es la mejor solución para todos, aunque sí nos hizo bajar todos los precios de conectividad”, reconocía un empresario tenía un poco más de 1.000 satélites en órbita, cifra que se quintuplicó tres años más tarde. A nivel global, el servicio de banda ancha de su competidor HughesNet, perdió más de un tercio de sus suscriptores desde diciembre de 2020, desde una base de 1,56 millón, mientras Starlink superó 1,3 millón de suscriptores en los Estados Unidos en diciembre pasado.
Competencia. La avanzada global que realizó durante los últimos meses, para los analistas tiene una lógica: por un lado, ganar mercado “comprando” la mayor penetración, a costa de ganar nuevos clientes y también de quitárselos a sus competidores. Pero también amortizar la enorme inversión que implica el sistema de lanzamiento espacial que también tiene otros objetivos “corporativos” y de gobiernos, otro mercado con precios más elevados.
Hasta ahora, lo que produjo en el mercado fue una baja sustancial de precios pero que por ahora no toca la capilaridad de la red terrestre: todavía los precios de unos US$60 mensuales con que se vende en casi todo el mundo, no alcanzan para destronar a la red de fibra que llega a los hogares.
Un reciente estudio de la consultora internacional Analysys Mason, los márgenes de beneficio de muchos operadores satelitales existentes se están reduciendo debido a la estrategia de precios competitivos de Starlink en los segmentos de consumidores y empresas. Por su parte, los precios mayoristas de la capacidad están cayendo en toda la industria satelital, pero en forma más lenta en los segmentos en los que la capacidad representa menos del costo total de una solución satelital y sugiere que los operadores satelitales pueden mitigar dicha baja en la capacidad dirigiéndose a segmentos en los que los clientes gastan más en servicios, equipos e instalación.
Una carrera de precios descendentes pujando por un mercado que, como reconocía un operador todavía asombrado por la velocidad de la ola competitiva, tanto la oferta como la demanda se mueven a velocidad espacial.
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