Monday 17 de June, 2024

EMPRESAS | 27-05-2024 07:10

La corrupción en los consorcios

Es notable la similitud entre los consorcios y la sociedad argentina, siendo el primero fiel reflejo de la segunda.

Dentro de cada consorcio coexisten personas con diferentes perfiles, educaciones, valores y diversos intereses. A su vez, existen administraciones de propiedad horizontal privadas de todos los colores. Las hay eficientes, proactivas, honestas, abiertas a rendir cuentas de forma transparente y clara al administrar dinero ajeno.

También las hay corruptas que incluyen de manera frecuente, manejando el dinero de terceros para el propio provecho, coimas, sobreprecios, testaferros, etc.; y peor aún se sienten superiores, denigrando y burlándose de la honestidad de ciertos propietarios que bregan por que prevalezca la claridad para todos por igual. No ahondaré en esta oportunidad en ellas. Me abocaré a reflexionar sobre el ecosistema puertas adentro del consorcio que evidencian notables similitudes con la sociedad. En ese sentido hacer un doble click en el perfil de los propietarios resulta de lo más interesante para entender su accionar, teniendo presente que toda corrupción requiere de dos o más puntas.

En esa diversidad de propietarios, están los que jamás leen una expensa, no tienen idea de lo que pasa realmente en el edificio y mucho menos de las obligaciones y finanzas que conlleva el mantenimiento del edificio y las unidades que lo integran. Aparecen en alguna que otra Asamblea de manera aleatoria. Mencionan a viva voz no estar al tanto de nada, pero votan igual, están en su derecho. El daño que logran hacer es monumental. No lo registran, ni les importa. Solo quieren sentir por un momento que alguien los escucha. No se les cae una idea, detestan que a otros sí; y viven en la queja.

También están los que no les interesa, ni se involucran. La administración y el mantenimiento del edificio y de las unidades, le pasan por el costado; manteniéndose al margen sin mayores exigencias.

A su vez, están quienes se mantienen informados a través de unos pocos propietarios que se ocupan, de manera desinteresada por acompañar a la administración en funciones, supervisándola de cerca en pos de mantener la rendición de cuentas de forma ordenada, honesta y transparente para todos por igual. Formar equipo con ellos lo hace más llevadero.

Por último, están también los vivos y expertos abusadores de la confianza de los demás propietarios. Son hábiles para que sus acciones salgan a la luz, sin evidenciar sus tejes y manejes, logrando imponer sus preferencias y sacando tajada de cuanto arreglo se tenga que realizar en el edificio. No bregan por el interés del consorcio, se mueven por sus propios beneficios. Les encanta tener coronita con la administración amiga y que ésta los incluya como que han pagado, cuando en realidad lo hacen a destiempo. Si bien el extracto bancario los delata, a ellos los intereses no les son aplicados. Se sienten importantes si los arreglos en sus unidades tienen prioridad, aunque haya otras urgencias sin atender. Se relamen cuando surge algún arreglo de envergadura en el edificio dado que les brindará la posibilidad de cobrar por atrás cuantiosos sobreprecios. Raudos arman una estrategia que redunde en llenarse sus bolsillos. Lo tienen tan aceitado que funciona como un violín, cobrando retornos por cuanto arreglo haya por más pequeño que sea.

No les preocupa mucho si en una auditoría se constata un importante faltante de dinero como consecuencia de la desidia y la deshonestidad. A ellos no los ha afectado en absoluto y defienden la administración a capa y espada. Están tranquilos, sostienen que nada se podrá probar, evidenciando el pacto espurio. Convenciéndose de ese detalle no menor, andan por la vida profesionalizando su accionar. Son rápidos en aliarse con ese par que nunca leen las expensas y les satisface el ego que éstos voten a su favor en una asamblea. Se regocijan vendiendo una imagen que no son. Así van por la vida en modo hipocresía, viviendo en su propia mentira como rufianes de guante blanco.

Ahora bien, ¿cuál es el verdadero costo de todo esto? No vamos a ser ni más ricos ni más pobres por tener un par de delincuentes agazapados en el consorcio. Aunque naturalizar y aceptar la corrupción que se pasea delante de nuestras narices, nos lleva inevitablemente a vivir en la mentira, vibrando en carencia, nivelando para abajo. El deterioro de valores, usos y costumbres llevan a ciertas a personas a traspasar una línea de la cual el retorno resulta casi imposible. Se trasluce la impunidad de quien, una vez cometido los primeros actos de corrupción, va redoblando la apuesta como quien cae en una adicción. Una deshonestidad lleva a otra, y a otra, y así sucesivamente entrando en un espiral del cual es muy difícil salir. Esos sí que no la ven. Lo más deleznable es que no se sienten capaces de ganarse el propio sustento de manera honrada para brindarles a sus familias el nivel de vida que eligieron tener. Necesitan abusar de otros para lograrlo.

Cuánto mejor nos iría como sociedad y, en consecuencia, como país, si prevaleciera en estas células de la comunidad el respeto por el prójimo, la honestidad y la transparencia en pos del bien común, replicándose como estelas en el mar; haciéndose cada uno cargo de generar el propio sustento de manera honrada, apelando a la nobleza y al instinto de superación. Así no habría cabida para actos de corrupción, prevalecería la autenticidad y lograríamos vibrar en abundancia, redundando en beneficios para todos por igual.

"Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera", nos enseñaba Martín Fierro. Ojalá llegue un tiempo en que los integrantes de cada consorcio adopten esta premisa abrazando el valor de la cooperación y la justicia para todos.

(*) Consuelo Summers es Coach, Mentora & Facilitadora, Socia Fundadora de Your True Potential®; creadora del Método Summers® para la Reinvención Holística. Trabaja en Capital Humano hace +24 años, siendo una experta en Desarrollo de Talento y Marca Personal.

por Consuelo Summers

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