Friday 19 de April, 2024

EMPRESAS | 30-08-2022 15:04

Plataformas vs. TV: SOS, control remoto

Los nuevos hábitos de consumo provocan un cambio de tendencia: por qué el streaming le gana terreno a la televisión abierta y paga.

El menú es cada vez más variado. La oferta crece, al mismo ritmo que aumenta el interrogante respecto del futuro de la televisión por cable. Ante la invasión de nuevas plataformas, ¿qué será de los servicios tradicionales de televisión “cerrada”? El rating de la TV abierta, quizá, sea un termómetro del escenario imperante. Son excepciones, como el caso Masterchef, aquellos programas que logran quebrar la barrera psicológica de los 15 puntos. El resto, se ubica apenas por encima de los 10 puntos.

Así como décadas atrás la TV paga era la revolución, hoy los llamados “carriers” tradicionales se enfrentan al desafío de cómo sobrevivir.

El streaming puso en jaque a un negocio que parecía instalado. “Los últimos dos años fueron de grandes cambios en el paisaje del streaming de video en la Argentina y en el mundo. Por efecto de la pandemia y su consecuente aislamiento que llevó a muchos a consumir más contenidos audiovisuales como forma de aprovechar la gran cantidad de días encerrados. Y simultáneamente, en este período hubo una gran expansión en la oferta de plataformas, ampliando el menú de opciones de entretenimiento. Tal es así que hoy, un 93% de los usuarios argentinos de Internet consume contenido audiovisual por streaming”, indica el informe “Consumo audiovisual online”, realizado por Carrier y Asociados.

En números. Según un reporte de la consultora Claves Información Competitiva, si se analiza el total de facturación del sector de telecomunicaciones, la telefonía celular se mantiene como el principal negocio representando un 45% de la facturación total. Por su parte, la TV paga es el segundo mercado en importancia, con el 22% (se incluye la tv por cable y la satelital), luego le siguen internet fija con 18% y, más lejos, telefonía fija, con un 9% y comunicación audiovisual, con 6%.

Hoy, el clima de la industria está teñido de una relación tirante entre el Gobierno y las empresas en torno a la fijación de aumentos de los precios regulados por el decreto 690/2020. Esto generó distintas judicializaciones por parte de las compañías”, expresa el informe de Claves.

El reporte destaca que “en diciembre de 2021 comenzó un proceso de negociaciones entre la administración de Alberto Fernández y las principales operadoras de Internet, telefonía móvil y TV paga. El objetivo es alcanzar una tregua en la judicialización del DNU 690, aquel que declara la función de estas empresas como servicio público y habilita la intervención estatal en la regulación de sus precios. De esta forma, se intenta poder acordar un sendero de aumentos contemplando variables como la inflación, tipo de cambio, incremento de salarios y planes de inversión”.

Nada es lo que era, ni nada será lo que es hoy. El cambio de hábitos provoca un escenario muy diferente al del pasado y, seguramente, en el futuro también será distinto de lo que muestra este presente. Para el consultor Enrique Carrier, “siglas como OTT, SVOD, AVOD, TVE, FAST y otras responden a modelos que reflejan la evolución en el consumo audiovisual, algunos como parte de una necesaria transición, otros como exponentes claros de la nueva generación”. El consultor recuerda que, cuando la TV era sólo gratuita y de aire, “todo era más fácil y también más limitado”. “Con cuatro canales (en el AMBA), había que disponer de contenidos realmente masivos”, agrega.

Paradigmas. Una de las claves del fenómeno actual pasa por el cambio de paradigma. “Mientras que en el modelo de TV paga tradicional lo que se contrata es el combo de red y contenidos (no accesibles fuera de ella), Internet permitió acceder a contenidos disponibles en la red pública, fuera del control de quien provee el acceso. Esto dio lugar al modelo OTT (Over The Top).  En el caso del video, se trata de un servicio de streaming que se transmite vía Internet sin involucrar al proveedor de banda ancha en el control o la distribución del contenido.”, explica. Y redondea: “técnicamente, todos los servicios de streaming de video son OTT, más allá de diferencias mayormente comerciales (gratuitos, con publicidad, por suscripción, por evento o combinaciones) y que dan lugar a un amplio menú de formas de acceder a contenido audiovisual. Si bien el video llegó a Internet de la mano de YouTube, la industria de la TV prestó más atención a lo que sucedía en Internet con la llegada de Netflix, una empresa que nació como un videoclub con delivery de CD en base a un abono mensual y que al tiempo comenzó a poner un catálogo en línea al cual se podía acceder a través de una suscripción. Nacía así el modelo SVOD (Subscription Video on Demand) o video bajo demanda por suscripción”.

Por su parte, Juan Marenco, CEO de BeInfluencers, considera que se observa “claramente un cambio en el consumo con la llegada de las OTTs que vinieron a modificar ciertos hábitos. Hasta hace unos años, si bien se empezó a ver una baja del uso del cable, existía una convivencia entre ese consumo y Netflix, ya que era casi la única alternativa. Con el arribo de HBO, Apple, Paramount, Disney+, Star+ y otras ofertas eso sumó una presión económica que va en detrimento del cable, pero también de las propias OTTs que ya dejaron de ser económicas”. La irrupción del streaming pone en jaque a la TV paga nada más y nada menos que por el manejo del control remoto.

por Marcelo Alfano

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