Wednesday 24 de April, 2024

EN LA MIRA DE NOTICIAS | 31-10-2019 14:01

Estanislao Fernández y Máximo Kirchner: el karma de los hijos del poder

Más allá de las motivaciones personales, hay una historia común de los herederos presidenciales que habla mucho de la Argentina.

El escenario montado en el bunker del Frente de Todos para festejar la victoria tuvo varias ausencias significativas. Entre los que sí estuvieron presentes, se destaca el abrazo de Máximo Kirchner con Estanislao Fernández, los famosos hijos de la fórmula presidencial K. Las controvertidas figuras públicas de ambos simbolizan el karma de los herederos presidenciales argentinos en la era democrática.

Pero no se trata de hacer psicología –ni cara ni barata- de sus elecciones individuales, a las que tienen todo el derecho del mundo, sino que conviene ensayar una simple mirada sociólogica sobre lo que sus roles dicen sobre la Argentina de las últimas décadas.

Casualmente, y con personalidades muy distintas, la mayoría de los hijos presidenciales desde 1990 en adelante no completaron carreras universitarias, y algunos –Zulemita Menem y los hermanos De la Rúa- protagonizaron incidentes judiciales sobre la aprobación de sus exámenes: ninguno fue medalla de oro ni mucho menos.

Máximo y Estanislao no son la excepción, pero sí la regla. El rubro profesional preferido por los hijos presidenciales argentinos es el showbusiness. Máximo tuvo un fugaz paso por el periodismo deportivo, Estanislao brilla en escenarios y redes sociales con su rol de @dyhzyx, Florencia K estudió cine, como Agustina Macri, Antonio De la Rúa consolidó su patrimonio como manager de Shakira, y los hermanos Menem fueron pioneros de la curiosa profesión de “mediáticos”. Nunca un industrial ni un científico pujante a uno y otro lado de la grieta, y eso que sus padres se han llenado tanto la boca con las nobles carreras productivas que necesita la Argentina para ponerse de pie.

Los hijos no tienen la culpa ni deben dar explicaciones por sus caminos personales. Como bien Explica @dyhzyx Fernández en su cuenta de Twitter, él tiene derecho a no ser increpado como un funcionario por la prensa y la ciudadanía en general. Pero lamentablemente parece que a muchos de los hijos presidenciales argentinos les resulta muy difícil tomar distancia y no terminar involucrados en las redes del poder desplegadas por sus parientes. Sin ir más lejos, y seguramente sin quererlo, Estanislao fue salpicado en las últimas horas por la pulseada verbal entre los Bolsonaro y los Fernández, a raíz de un tuit violento, discriminatorio y machirulo del hijo diputado del presidente brasileño, que le pone más patetismo a la crisis actual del Mercosur. Máximo podría darle algunos consejos a Fernández junior, sobre los peligros de ser abducido por la militancia de Estado, misión para la cual todavía queda la duda de si el hijo de Cristina tiene o no vocación y talento natural.

El síndrome nacional que subyace a este problema de los herederos en la Casa Rosada es la falta de movilidad social que aqueja no sólo a los pobres de la Argentina sino también a su clase dirigente. Terminar metidos de mala gana en la escena pública protagonizada por sus padres es otro síntoma alarmante de la decadencia de la cultura del trabajo, plasmada en la llamada “generación NiNi”, de los que no estudian ni trabajan. La propia Cristina Kirchner armó revuelo con su desmitificación de la meritocracia argentina, denunciando la desigualdad escondida tras el elogio macrista del éxito meritorio, pero también fomentando la demagogia del maternalismo estatal.

En todo caso, conviene leer un par de páginas –no muchas, para no quemarnos las pestañas- del libro de Thomas Piketty, el francés que recicló para el siglo XXI la mirada de Karl Marx sobre el capitalismo y la inequidad creciente. Piketty señala que una sociedad que se va volviendo estructuralmente más improductiva, sintomáticamente va desacelerando su movilidad social ascendente y otorgándole cada vez más peso al capital acumulado en el pasado. Aunque vivamos en la cultura millennial, el viejo poder de los ancestros, sentados sobre las cajas públicas y privadas, sigue reinando a plena luz del día.

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Silvio Santamarina

Silvio Santamarina

Columnista de Noticias y Radio Perfil.

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