Falta de reglas claras. Los motivos usuales de conflictos son diversos, entre los más frecuentes están los que se producen cuando no se han establecido reglas claras para la administración de la empresa, sobreviene la confusión de roles y responsabilidades que se produce en lo familiar e impacta en lo empresarial.
Sucesión de mando y personalismos. También aparecen conflictos cuando hay problemas de sucesión sin resolver. Anticipar y planificar la sucesión es clave para evitar los conflictos que suelen aparecer como consecuencia.
La colisión de intereses personales con los de la empresa. Las emociones personales pueden influir en las decisiones, lo que puede llevar a tomar decisiones que favorezcan a un miembro de la familia o sus intereses personales en lugar de los de la empresa, generando favoritismos y distorsionando la toma de decisiones.
Profesionalización. Otra causa de conflictos sucede cuando la empresa ha crecido sin profesionalizarse, con falta de procesos claros y familiares que ocupan cargos importantes sin la formación adecuada.
Conflicto generacional. Aparecen conflictos generacionales cuando hay diferencias en la visión de los miembros de diferentes generaciones sobre la dirección de la empresa, los más jóvenes buscan implementar nuevas tecnologías o cambios de estrategia, mientras que los miembros más antiguos desean mantener prácticas tradicionales.
Reparto de beneficios. Una fuente de conflictos parte de la forma en que se reparten los beneficios de la empresa. Cuando hay familiares celosos que no están directamente involucrados en la gestión diaria del negocio, y los que sí lo están sienten que no son remunerados correctamente. También hay conflictos cuando algunos familiares compiten en realizar gastos innecesarios para la empresa.
Retiro de la empresa de un accionista. Sea o no familiar, la salida de un accionista puede generar conflictos sobre cómo gestionar su salida, tanto a nivel emocional como económico, inclusive si familiares relacionados ocupan un rol importante y deseado por otros familiares. Los desacuerdos sobre la venta de participaciones, la compensación por la salida, y la redistribución de responsabilidades pueden crear tensiones dentro de la o las familias accionistas.
Falta de una visión común. Cuando los miembros de la familia tienen perspectivas distintas sobre el futuro de la empresa.
Dificultades en la resolución de conflictos. La falta de mecanismos de resolución de conflictos puede agravar las disputas, que se convierten en rencores a largo plazo, afectando la cohesión y el funcionamiento de la empresa.
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por CEDOC
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