El 23 de octubre de 2022 la cuenta de Instagram de Luana Hervier sorprendió a los más de cien mil seguidores de la influencer de yoga y bienestar al comunicar la noticia de su muerte sin mencionar la causa. A casi dos años de su partida, va esta nota en honor a su memoria y a su voluntad.
Septiembre es el mes de la prevención del suicidio a nivel mundial. El propósito es reducir el estigma asociado y aumentar la conciencia entre organizaciones, gobiernos y el público en general. Luana había superado dos trastornos depresivos agudos con pensamientos suicidas y escribió sobre su experiencia, pero la editorial que recibió el borrador no quiso publicarlo. El propósito que declaró en sus escritos es acompañar a quienes quieren salir de la depresión y a quienes acompañan a esas personas.
Con la autorización de su madre y en colaboración con su red más íntima, te anticipo algo de su libro póstumo:
“Los sentimientos de culpa y vergüenza pueden ser tan grandes en una persona que atraviesa una depresión que es normal que se aleje de su entorno por miedo a ser juzgada, o porque no puede ocultar ni actuar o pretender no estar como está. La persona puede castigarse e incluso desear su propia muerte o suicidarse por estos dos sentimientos.
En una sociedad donde se resalta y enaltece el positivismo, la belleza, el crecimiento constante y siempre sentirse bien, un estado depresivo no es aceptado. No hay lugar para sentirse ni mostrarse mal… perdemos de vista que esto está causando cada día más casos de depresión. Más culpa, más vergüenza, más suicidios.
El caso es que atravesar una depresión después de llevar una vida tan saludable y consciente como la mía, da vergüenza… pero soy humana.”
Los que acompañamos a otros también necesitamos asistencia.
Mariela Tiboni es una de las amigas más cercanas de Luana, que resignificó su modo de acompañar a otros.
“El suicidio de mi amiga generó un cambio radical en mi vida profesional y personal. Pasé por situaciones muy similares, con pensamientos recurrentes, enjuiciando(me) por sentirme sin ganas de vivir o por no encontrar el sentido. Sentí vergüenza, incoherencia, juicios y reproches por sentirlo.
Gracias a todo lo vivido y a nuestra historia íntima de amistad, hoy honro cada lágrima, cada dolor, cada miedo, cada sensación de fatiga.
Es fundamental que quienes acompañamos a otros tomemos conciencia del impacto que tiene en la psiquis, sostener la creencia de que porque somos profesionales estamos exentos de caernos. Las personas sensibles requerimos de mucho tacto con suavidad, ternura y paciencia.
En honor a la vida y a la muerte de mi amiga, comparto este sentir porque anhelo de un modo muy profundo llegar a cultivar la humildad y la conciencia. Para que seamos capaces de poner en palabras nuestros miedos, inseguridades y dolores sin culpa ni vergüenza.”
Que así sea.
IG: @coachgirasol
por CEDOC
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