Sin embargo, existen ciertos errores comunes que, al no ser abordados, limitan el potencial de la empresa. Estos "pecados" afectan la operatividad, la moral de los equipos y la visión estratégica a largo plazo. A continuación, exploraremos cinco de los errores más frecuentes que las PYMEs deben evitar para alcanzar su máximo potencial.
1. No delegar
Uno de los errores más comunes es que los líderes se aferran a cada detalle operativo, asumiendo tareas que podrían (y deberían) delegar. Es momento de abandonar la idea de “si no lo hago yo, no lo hace nadie”. La falta de delegación no solo sobrecarga al líder, sino que también envía el mensaje de que los colaboradores no son suficientemente capaces. Permitir que los equipos asuman responsabilidades es clave para el crecimiento de la empresa y fomenta la mejora continua: al delegar, se obtienen beneficios inesperados y se potencian las habilidades del equipo. Pero, ¿se puede delegar sin perder el control? Esto nos lleva al siguiente pecado.
2. No establecer procesos claros
Muchas PYMEs operan de manera informal, adaptándose sobre la marcha. Aunque esta flexibilidad puede ser una virtud, cuando el volumen de operaciones crece, la falta de procesos genera caos y errores recurrentes. Sin procesos definidos, cada persona termina improvisando, lo que afecta la eficiencia y la calidad del trabajo. Documentar y establecer "cómo" se deben hacer las cosas facilita la ejecución, la formación de nuevos colaboradores y asegura que el negocio funcione incluso cuando el fundador no está presente. Además, un buen proceso incluye un plan B: qué hacer si algo no sale como se espera. Esto aporta control y prepara a la empresa para manejar imprevistos con eficacia.
3. Creer que la empresa y su fundador son una misma entidad
Para que una empresa tenga éxito a largo plazo, es crucial que el fundador la perciba como una entidad independiente. Muchas PYMEs giran en torno a una sola figura que toma todas las decisiones, lo que limita su desarrollo como un sistema autónomo. Una empresa profesionalizada debe ser capaz de operar de manera efectiva incluso sin la presencia de su fundador. Esto implica construir una estructura sólida con roles definidos, procesos y sistemas que permitan a la organización evolucionar y adaptarse más allá de sus creadores.
4. No medir
Gestionar una PYME sin datos es como conducir sin un mapa: se pierde el rumbo y es difícil saber si se está avanzando hacia el objetivo. Establecer indicadores clave de desempeño (KPI) en áreas fundamentales como ventas, costos, tiempos de entrega y satisfacción del cliente permite identificar oportunidades de mejora y tomar decisiones informadas. Medir resultados no solo aporta control, sino que también habilita ajustes efectivos, alejando al negocio de decisiones basadas en intuiciones. Además, contar con métricas facilita evaluar el desempeño de los colaboradores, impulsando su crecimiento individual y colectivo.
5. No pensar en el futuro
La principal tarea de un dueño es pensar en el futuro. Sin embargo, muchos líderes están tan involucrados en el día a día que descuidan la planificación estratégica. Dejar de lado el pensamiento a largo plazo impide que la empresa evolucione y se adapte a los cambios del mercado, las tendencias tecnológicas y las nuevas demandas de los consumidores. Tener una visión de futuro permite identificar oportunidades, alinear al equipo hacia un objetivo común y preparar a la empresa para enfrentar escenarios cambiantes. Pensar en el futuro implica salir del “aquí y ahora”, delegando el presente al equipo y convirtiéndose en un estratega que guía el crecimiento y asegura la sostenibilidad.
Conclusión
En las PYMEs, evitar estos cinco pecados puede marcar la diferencia entre quedarse estancado o avanzar con firmeza. Gestionar una empresa no es solo sacar adelante el trabajo diario, sino construir algo sostenible y con sentido a largo plazo. Delegar, definir procesos claros, medir resultados, empoderar al equipo y pensar en el futuro son pasos fundamentales para lograrlo.
Ver la empresa como algo independiente de su fundador no solo alivia la carga, sino que también potencia su capacidad de crecimiento. Una PYME que se profesionaliza gana terreno, se adapta mejor y asegura su lugar en el mercado, sin depender exclusivamente de la presencia constante del fundador.
Paula Chmielnicki, ingeniera industrial y consultora especializada en la profesionalización de PYMEs.
PCH Consultora
http://www.pchconsultora.com
https://www.linkedin.com/in/pchconsulta/?originalSubdomain=ar
https://www.linkedin.com/company/pch-consultora/
También te puede interesar
por CEDOC
Comentarios