El 2021 fue el año de la consagración de Juan Martín Rago -Jey Mammón para el gran público- desde que saltó a los medios hace más de una década. Un comediante que nació en el under con su unipersonal “¿Dónde está Jey Mammón?”, en el que su histrionismo le permitió dar voz a un amplio coro de personajes, entre los que Estelita fue la prima donna. Una parodia de las divas de tevé a la que recurrió para desnudar a múltiples figuras con sus preguntas desfachatadas, logrando un amplificado rebote de las declaraciones que allí surgían.
Fue Estelita quien le abrió la pantalla de América como conductor, en 2020, con un ciclo de entrevistas caseras en modo pandemia. Pero la metamorfosis definitiva de Jey fue justamente jubilar las ropas de su personaje más icónico para convertirse él mismo en la estrella del show. Dejar atrás la máscara y la lógica del grotesco para permitirse otro vuelo.
En un año copado por las noticias, los realities y los programas de preguntas y respuestas, “Los Mammones” ofreció un sabor diferente a la TV, en clave de entretenimiento amigable. Un show que es un late night tradicional, en muchos aspectos, comparable a los mundialmente famosos que conducen Jimmy Fallon o James Corden.
La novedad no es el formato sino que Jey está sobradamente a la altura de esos cánones (algo que sólo había alcanzado Roberto Pettinato), lo que no es una tarea menor. Y despliega su talento como actor y músico, pero más aún como entrevistador. El buen rating de la emisión motivó, a mitad de año, su mudanza al prime time. El ciclo se convirtió en un fenómeno televisivo, apoyado por una producción iluminada que superó en calidad de invitados a las mesas de celebridades de otras señales.
por R.N.
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