Adicciones, miedos, prostitución, protestas megáfono en mano, hijos, matrimonio, profesión. Todos los temas la encendieron sensiblemente aunque elaboró cada respuesta con sobrada racionalidad. El encuentro tuvo lugar horas antes de que se levantara el telón del Multiteatro, donde Cecilia encarna a Belén, una de las cinco mujeres adictas a un otro, en la obra “Adictas a vos” –ópera prima de Marcos Carnevale–.
Aquella nena que debutó en “Clave de sol” es hoy la mujer de Juan Taratuto, director de cine y tevé, y madre de Santino (12) y Francisco (9). Si uno recorre su camino profesional, advierte que es una auténtica exploradora, amante de nuevos desafíos. En la comedia de Carnevale, Belén es adicta al marido.
Noticias: ¿Y Cecilia, en la vida real, es adicta a Juan?
Dopazo: (risas) La verdad que no… o creo que no. Realmente nos interesa la opinión del otro, tanto en cuestiones laborales como privadas. No hicimos juntos tantas cosas, aunque ahora tengo un pequeño papel en su próxima película.
Noticias: ¿Alguna vez tuvo un vínculo simbiótico con el otro?
Dopazo: He confesado que frente a una ruptura amorosa, en el momento del duelo, me sentí adicta a esa persona y soporté un verdadero síndrome de abstinencia. Eso que te hace decir, “sin esa persona no puedo vivir”.
Noticias: Parece que se estimula la adicción desde las letras de los boleros, “No soy nada sin ti”…
Dopazo: La verdad, esto de fundirse con el otro y dejar de ser cuando el otro no está, es un despropósito. ¡Y las letras de los tangos también lo dicen!
Noticias: Cuando los plásticos hacen una muestra retrospectiva eligen sus obras significativas. ¿Qué trabajos cinematográficos “colgaría” en su muestra?
Dopazo: Sin ninguna duda, “Tango feroz. La leyenda de Tanguito”, de Marcelo Piñeyro, sobre la vida del cantautor del rock nacional José Alberto Iglesias, y “No sos vos, soy yo”. “Tango…” porque fue la primera que filmé y una gran oportunidad. Tuve que estudiar mucho; leer desde el diario del Che en Bolivia hasta mirar películas de los años `60 y principios de los `70. Le agradezco a Marcelo que nos dio material de referencia, y eso que él tenía 40 años y yo 22… La otra película, porque fue una posibilidad para trabajar como guionista y junto a mi marido. Recuerdo esa etapa como muy placentera, de mucha creatividad, todo era posible. Fue un esfuerzo codo a codo.
Noticias: ¿Como directora de teatro (“Roberto te dejé el pollo en el horno, si querés con arroz, no hay”) fue su debut y despedida?
Dopazo: No sé, tengo algo escrito pero mmmh… “Roberto…” surgió de esa búsqueda en la que estaba. Escribí el unipersonal y fue exitoso; investigué y me encontré con cantantes latinoamericanas, algunas muy grossas, otras más kitsch, y fue divertido. ¡A esta obra también la pondría en mi retrospectiva! (risas)
Noticias: ¿Dirigió cine?
Dopazo: Dos documentales sobre escuelas; uno lo filmé en un colegio de La Matanza y el otro en Junín de los Andes. Allí fuimos con un camarógrafo, un sonidista y un productor. Fue interesantísimo; tenía que contar algo en determinado horario con solo dos o tres días de filmación.
Noticias: En un momento confesó tener una crisis vocacional, que se volvió de identidad.
Dopazo: En aquel momento sí, porque tuve una vocación temprana. A los 10 años sabía que quería ser actriz. Durante el secundario hice talleres de teatro y cuando los terminé me metí en el Conservatorio Nacional, que después no pude sostener porque empecé a trabajar. Nunca paré. Y llegando a los 30 me apareció la necesidad de pisar la pelota y mirar para dónde iba a ir. Quería mucho ser mamá y vino Santino. Me guardé un poco, decoré mi casa… Me interesa el diseño de muebles y la arquitectura de casas escandinavas.
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por Sissi Ciosescu
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