La tranquilidad de la ciudad de Zurich –y el status quo casi inexpugnable de la cede central de la FIFA– se vieron interrumpidos esta mañana cuando un operativo policial terminó con la detención de catorce altos cargos de esa organización. Los busca la justicia federal norteamericana por cargos de corrupción.
Esta serie de detenciones no es más que la culminación (y, en definitiva, la acción de la justicia), sobre una serie de acusaciones que circulan desde hace más de dos años en torno a actividades ilícitas vinculadas a apuestas –y, en especial, a partidos arreglados para favorecer apostadores clave– y sobornos en concesiones de televisación. Fuentes cercanas a la investigación afirman que, en los últimos tiempos, habrían cambiado de manos, a modo de "retornos", unos 150 millones de dólares que habrían aceitado los engranajes para que ciertos medios obtuvieran coberturas convenientes de algunos campeonatos y partidos. Se habla inclusive, aunque la justicia aún deberá determinar si hay pruebas de esto, del pago de una coima de proporciones astronómicas para la adjudicación en favor de la ciudad de Qatar de la copa del 2022.
Ya en diciembre del año pasado, la corresponsalía europea de NOTICIAS advertía sobre los movimientos espurios de la FIFA (http://noticias.perfil.com/2014/12/17/la-pelota-si-se-mancha/)
El gran misterio, a este lado del planeta, es si la cacería de corruptos alcanzará a la AFA y a la figura, legendaria y a la vez polémica, de Julio Grondona.
Aunque, claro, quizás muchas cosas nunca se sepan. Al fin y al cabo, los muertos no declaran.
Comentarios