El estreno de “House of Gucci”, dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Lady Gaga, es una más de la seguidilla de películas y series que vienen abordando la vida de grandes personajes de la moda. Ya en 2018 el realizador estadounidense Ryan Murphy (“Glee”, “The Boys in the band”) produjo “The Assassination of Gianni Versace” -con Penélope Cruz como una jovencísima Donatella y Ricky Martin- y en 2020 se estrenó la miniserie “Halston”, sobre el diseñador y empresario que cambió la moda norteamericana, con Ewan McGregor en un papel que le valió elogios. La vida de estos personajes estuvo llena de dinero, extravagancia y excesos, y las tres terminaron mal. Versace y Gucci murieron asesinados y Halston falleció por complicaciones derivadas del sida a los 58 años: desde afuera pareciera ser material apto para producir grandes policiales o un drama para maratonear en Netflix. Si bien ninguna de las películas fue un éxito de crítica, este “subgénero” ya cosechó el entusiasmo de un público que ama la ropa, gusta de la moda o tiene el goce morboso de ver cómo se mezclan el glamour con la decadencia.
Miradas
El diseñador Benito Fernández se muestra entusiasmado con esta tendencia, y piensa que está ligada a una búsqueda de humanizar a los personajes detrás de las grandes marcas. “A mí me gusta que se muestre la industria. Porque me parece que es una industria que puede generar muchas fuentes de trabajo, sobre todo en países como el nuestro. Los diseñadores pasamos a tomar un protagonismo que por ahí antes no era tan común. Así como en los 50 eran las actrices, en los 60 los músicos, en los 90 las top models, me parece que ahora las y los diseñadores empezaron a tener un protagonismo y un interés en la gente”, explica el diseñador, quien recientemente participó de un desfile en el Teatro Seminari - Cine Italia de Escobar que se realizó en la avant premiere de “House of Gucci”.
Por su parte, Gino Bogani se muestra más reticente. Conoció al mismísimo Halston en persona: ambos eran habitués del mítico Studio 54, la discoteca que frecuentaba toda la alta farándula neoyorquina y que aparece en estas películas y series como un ámbito de luces de neón, cuerpos semidesnudos y todo tipo de excesos. Afirma que en la serie está “todo un poco fantaseado” y que la legendaria discoteca “no está bien recreada”. “No estoy de acuerdo con ciertas escenas que se ven de Studio 54. Fue un momento bastante libre, pero no a ese punto, para nada. No había tanto exceso, si había no se veía. No estaba expuesto a la vista de todos. Pero bueno, es algo que ponen para atrapar la atención del público”, dice Bogani. Agrega que estas películas y series solo pueden hacerse sobre personajes ampulosos que tuvieron algún tipo de escándalo, y no sobre personajes más low profile. “Es que todo es mediático. La moda se ha vuelto algo muy mediático últimamente. Pero yo no creo que se pueda hacer una serie o película sobre cualquier diseñador. No creo que hagan la película de Armani”.
La diseñadora Angie Chevallier fue cofundadora de la marca Ay Not Dead y actualmente da cursos de diseño e historia de la moda. Para ella, el modo en el que se muestra a estos personajes va ligado al cliché de que toda persona que se dedica a lo creativo necesita una vida de excesos para crear. “Igual es careta, porque pasa en todas las industrias”, sentencia. Chevallier también cree que la moda tiene hoy un lugar que nunca tuvo, sobre todo a partir de los 2000, gracias a las redes sociales. “Antes los que hablábamos de moda lo hacíamos en un gueto, o tenías que encontrar algún blog donde se hablara del tema. Ahora, con las redes, podés ver rápidamente qué ropa y qué marca tiene el otro. Atrás de eso todos los jóvenes quieren participar de la industria de la moda de alguna manera, no es necesario ser diseñador: hacer algo que tenga que ver con la moda. Lo que está pasando con Gucci: la generación Z se volvió loca con toda la propuesta de los últimos diez años de Gucci, diseñada por Alessandro Michele, que vio lo que iban a querer todos estos jóvenes. ¿Por qué, si no, la historia de Gucci se cuenta ahora y no se contó antes?” reflexiona la diseñadora.
Vidas vendedoras
Fabián Iriarte es director y guionista de cine, además de docente. Coincide en que el marketing tiene mucho que ver en el fenómeno. “Siempre existe el marketing en el cine de gran escala. Los derechos de estos diseñadores no deben ser baratos ni fáciles de conseguir”, explica. El guionista explica que cuando los personajes son reconocidos por un segmento amplio del público al que aspiran llegar las marcas, las mismas se benefician promocionándose a través de las series y películas que cuentan sus historias. A comienzos de este mes y coincidiendo con el estreno de “House of Gucci”, la marca italiana dio un megadesfile en Los Ángeles para presentar su colección primavera-verano 2022. En junio de 2021, un mes después de que en Netflix se estrenara “Halston”, la marca de ropa y la plataforma de streaming se unieron para lanzar una colección cápsula en edición limitada basada en los looks de la serie. En el caso de Versace, la relación de la marca con la serie fue bastante más espinosa: Donatella y su familia, furiosos, hablaron de “falta de veracidad” ya que la historia está basada en el libro “Vulgar Favors” de Maureen Orth, que, según ellos, no era más que “cotilleos y especulaciones”, ya que Orth “nunca había recibido ninguna información de la familia Versace”.
Sin embargo, el guionista encuentra un esquema en las vidas de estos personajes que forma parte del atractivo. “El cine se caracterizó por contar historias de sueños inalcanzables. El glamour de la moda y sus íconos, sostenidos casi siempre en un estatus de dioses, aseguran el esquema ‘ascenso-iluminación-decadencia. Son como un ángel -no tan ángel- finalmente caído”, explica Iriarte.
Para Victoria Salías, directora del Museo Nacional del Traje, el fenómeno de las películas que hablan sobre la moda no es nuevo. “Hace bastante tiempo que el cine viene hablando de esto. Se hicieron hace unos años varias películas sobre Cocó Chanel, después alguna sobre Yves Saint Laurent”. Según Salías, la tendencia no tiene que ver específicamente con el mundo de la moda o las biografías de los diseñadores, sino con las biografías en general. “Me parece que tiene que está relacionado a un deseo de descubrir y entender quién está detrás de las cosas. Y esta idea de que los creadores empiezan a ser celebrities, como una versión de la idea romántica del ‘genio creador’. Pasa un poco con algunas figuras del diseño industrial o del diseño gráfico (la película biográfica de Steve Jobs, por ejemplo). Pero en el caso de la moda, es un sector que está muy fuertemente ligado al mundo de las celebrities, del cine o la música. Y también creo que estas películas funcionan porque es una forma de revisitar viejas épocas”, opina Salías.
Ya sea por acción publicitaria, interés biográfico, gusto por los escándalos o sensibilidad retro, lo cierto es que estas celebridades desangradas en glamour conquistan una audiencia. Una deslumbrada por los vestidos drapeados, las joyas doradas, el crimen y las luces lisérgicas de una discoteca neoyorquina.
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