Tras más de un año de idas y vueltas públicas y viralizadas por ellos mismos, Wanda Nara y Mauro Icardi parecen, finalmente, haber decidido divorciarse. El último capítulo del denominado “Wandagate”, sin embargo, no habla de una separación normal, sino que contiene algunos de los mismos rasgos que nutrieron su relación. Cruces públicos, negación de una de las partes, especulaciones mediáticas y la exhibición de la intimidad como factor indispensable para seguir en el candelero.
Sin embargo, detrás de esto subyace un problema mayor: la toxicidad de las parejas. Un concepto novedoso pero que aplica a muchas de las relaciones sentimentales de las celebrities. Lejos de relaciones idílicas, los famosos sacan a relucir muchas veces su costado más nocivo. El propio Mauro Icardi lo reconoció. Mientras Nara desde su Instagram reconocía la separación, el futbolista subía a sus redes chats privados con ella y no dudaba en su descripción de la situación: “Cuando te la das de soltera, o decís serlo, pero sos re tóxica”, posteó el flamante delantero del Galatasaray de Turquía.
La mediática ahora ex pareja no es la única en ser sindicada como un vínculo tóxico. Cande Tinelli y el cantante Coti vivieron recientemente un impasse en su relación y el principal motivo que trascendió es el difícil vínculo entre ambos. Según trascendió, él habría sido el responsable de la ruptura momentánea. “Es infumable, tóxico, celoso, le molesta todo lo que hace, hasta los planes con las amigas. La palabra fue ‘infumable’”, detalló la chimentera Yanina Latorre. Más aún, durante esta separación, la segunda hija de Marcelo Tinelli habría tenido una cita con otro partícipe de una relación tóxica: Ezequiel “El Polaco” Cwirkaluk. Porque, a pesar de esa salida por Palermo con Cande, el cantante mantiene desde hace tres años una relación con Barby Silenzi, la cual ellos mismos, catalogan como tóxica. “Cada uno es como es, nosotros somos así”, reconoció la propia bailarina.
Vínculos. “Una relación de pareja se vuelve tóxica cuando hay dependencia emocional. Esto quiere decir que dependen de la otra persona para poder vivir. Son relaciones que no son saludables”, explica el psicólogo especialista en vínculos Mauricio Strugo (@mauriciostrugo en Instagram). Esa dependencia desmedida toma cuerpo en el propio Icardi. No sólo porque él delegó incluso su carrera profesional en ella, que hasta se convirtió en su representante, sino también porque ahora, consumada la separación, él prefiere negar la situación. A la par de que Nara publicaba un comunicado aclarando que la pareja ya no continuaba, Icardi daba a entender que ya tenían elegido el nombre para un próximo hijo. “Una pareja tóxica no necesariamente es un vínculo violento. Son parejas donde el vínculo no fluye, donde uno de los dos está ejerciendo poder sobre el otro y donde no se respeta la manera de ser de cada uno”, apuntó Strugo.
Un aspecto fundamental para entender el porqué de este tipo de relaciones radica en que los implicados están obnubilados y no reconocen ni las señales de alerta sobre esa toxicidad. Así, por ejemplo, aunque ahora Barby Silenzi admite risueña que su relación con El Polaco es tóxica, cuando en el 2021 Silvina Luna dijo algo similar, fue atacada. En aquel momento, la ex Gran Hermano criticó al cantante luego de un fracasado y fugaz romance y lo tildó de tóxico, a lo que Silenzi salió a responder que eso sólo había sucedido con Luna. Un año después, están en la misma vereda, al menos discursiva. “Con él aprendí todo lo que no quiero. No, en realidad, él es muy gracioso y carismático”, dijo hace un año Luna y, sin saberlo, dio en la tecla. “Las personas que tienen características psicopáticas, es decir, que saben manejar al otro, son muy seductoras e inteligentes y de esa manera generan dependencia. La sensación es que sin el otro no podemos nada”, resume Strugo.
Estas relaciones dependientes, entonces, se vuelven una bola de nieve de la cual es muy difícil escapar, y los implicados suelen negar la gravedad de la situación. Sin ir más lejos, Icardi sigue publicando imágenes junto a Wanda. Y si bien, conociendo la historia de ambos, su reconciliación es posible, deja en evidencia esta situación. Algo similar ocurrió con Cande Tinelli, quien decidió cortar su relación con Sorokin mientras él se encontraba de viaje en España para poder también irse de la vivienda que compartían. “Es un negador, no entendía la ruptura”, afirmaron.
Arrastre. Wanda no es la única Nara que decidió separarse. Tras meses de rumores, Zaira también decidió ponerle fin a su relación con Jakob Von Plessen. Si bien el vínculo había quedado herido luego de que él fuera quien ayudó a Icardi a encontrarse con Eugenia “La China” Suárez en París, el detonante fue otro y mucho más nocivo. Ante las sospechas de una infidelidad de la menor de las Nara, Von Plessen hizo colocar en su casa micrófonos para monitorear todas las acciones de Zaira. Así, son las dos hermanas Nara las que formaban parte de relaciones con rasgos tóxicos.
“Es necesario que las personas insertas en este tipo de vínculos entiendan que estar en una relación saludable es estar con un compañero, es decir, alguien que esté a nuestro lado. No una ‘pareja bastón’ que surja desde la necesidad emocional”, explica Strugo. Pero en el mundo de las celebrities, las señales de alerta son muchas veces desoídas. Tanto, que un potencial retorno entre Wanda Nara e Icardi no puede descartarse. E incluso, de suceder, todo seguirá como si los últimos días no hubieran ocurrido. Una retroalimentación de un vínculo claramente dañino.
Comentarios