Al igual que en todas las elecciones, la cobertura de cada político y su voto capturaron la atención de todos. Entre coberturas periodísticas, militantes y curiosos que sólo quieren ver qué pasa, el sufragio de cada funcionario nacional es un momento importante de la jornada electoral. Pero varios políticos argentinas vivieron situaciones extrañas al momento de ir al cuarto oscuro.
Uno de los momentos álgidos de los comicios fue cuando Patricia Bullrich concurrió a votar y tuvo problemas para usar la máquina electrónica. La precandidata a presidenta de JxC tardó más de 20 minutos en votar con la boleta única electrónica y tuvo que recibir asistencia. "La votación de la Ciudad de Buenos Aires, un desastre. Tuve que votar como siete veces, me cambiaron la máquina porque no funcionaba", señaló Bullrich, un tiro por elevación su contrincante en las internas, Horacio Rodríguez Larreta quien dispuso que en CABA se votara con esta modalidad.
Una situación similar enfrentó el diputado nacional Facundo Manes quien arribó a sufragar a las 13 horas pero estuvo mucho tiempo esperando y hasta tuvieron que cambiarle cuatro veces la máquina para que pueda votar.
La precandidata presidencial Myriam Bregman se acercó al Colegio Don Bosco de Capital Federal a la misma hora y sufrió el mismo problema de las demoras. Bregman fue haciendo el minuto a minuto de su espera en Twitter y también criticó el sistema electrónico que causó demoras en la Ciudad de Buenos Aires. “Todos esperan pacientemente frente a un sistema bochornoso, dispuesto solamente para favorecer la interna de Juntos por el Cambio. El resto de la oposición hizo silencio, como en tantas otras cosas”, comentó.
Lejos de la capital pero tamibén con mucha demora votó la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el colegio secundario N° 7 Julio Ladvocat de Río Gallegos. La ex presidenta demoró una hora y media en poder votar a pesar de que sólo tenía quince personas delante. Mientras esperaba, a la vicepresidenta se la pudo ver cómo miraba el celular de la persona que tenía delante. En el aburrimiento, la vicepresidenta no pudo evitar pispear qué era lo que hacía la joven que estaba antes que ella en la fila y las teorías sobre qué era lo que estaba haciendo se volvió viral en redes.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof también vivió un momento extraño. Tras posar para los reporteros gráficos mientras depositaba el sobre en la urna, levantó el brazo saludando y quiso saludar a la señora que tenía detrás de él en la fila. Kicillof a pura sonrisa rodeó a la señora con sus brazos quien no correspondió el gesto y ni atinó a moverse. El abrazo fallido se volvió también tendencia en redes sociales, donde destacaron el poco timing del gobernador bonaerense de mantener el saludo correspondido durante mucho tiempo.
Quien no podía quedar excento de dar la nota durante su voto fue Javier Milei. El precandidato presidencial por La Libertad Avanza, fue uno de los últimos aspirantes a la Casa Rosada en emitir su voto. Lo hizo después de las una del mediodía en la sede de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), ubicada en Medrano 951, tras hacer una larga fila de más de dos cuadras. Él también debió soportar las complicaciones de los comicios porteños por las demoras con la boleta electrónica. “Era esperable”, dijo y luego afirmó que el sistema fue implementado “con tal de hacer trampas y tener alguna ventajita electoral”.
Su voto fue caótico. Los periodistas se agolparon, hubo gritos y empujones alrededor de la mesa de votación, del cuarto oscuro y del biombo. Al momento de emitir su voto electrónico, el precandidato no dobló la boleta y quedó expuesta su elección. Entre el tumulto, el economista votó y se retiró, pero minutos después, debió volver porque se había olvidado su documento en la mesa.
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