Mariano Bergés, el juez que tuvo en sus manos una causa contra la Escuela de Yoga Buenos Aires en los años '90, protagonizó un raid mediático en las últimas semanas y acusó, con nombre y apellido, a todos aquellos que lo presionaron en defensa de la organización liderada por Juan Percowicz. Una de las mencionadas fue Marcela Durrieu, la suegra de Sergio Massa que por aquellos años era diputada provincial. "Había un grupo de mujeres que decían estar a favor de la libertad sexual y lo único que hice fue acercarlas a un legislador de la comisión que trataba el tema para que las escuche", explicó en diálogo con NOTICIAS.
La primera vez que Bergés mencionó a Durrieu fue en una entrevista con Clarín y luego continuó con las mismas declaraciones en las sucesivas notas que otorgó. El ex magistrado habló sobre las presiones que recibió por parte del poder y, ante la consulta por "aprietes", respondió: "Bueno sí, apretaban, eran Carlos Soria, el papá del actual ministro de Justicia; Nicolás Becerra, que luego sería Procurador y una diputada, Marcela Durrieu. Y ella me preguntaba cómo era posible corromper a personas mayores de edad. Yo tenía que dar una explicación que no había que darla, pero bueno...".
Durrieu desmintió de manera categórica la acusación de Bergés y dio su versión de los hechos: "En ese momento había unas chicas circulando por el Congreso que decían que el juez las acusaba, básicamente, por prostitución. Lo único que hice fue acercarme a la comisión en la que se estaba tratando el tema para pedirle a los diputados que atendieran el reclamo de este grupo como el de cualquier otro ciudadano. Es algo que se hace habitualmente en la Cámara. Después no tuve nada que ver con el tema", sostuvo.
La ex diputada supone que el grupo se acercó a hablar con ella porque en aquel momento era una de las pocas mujeres en el Congreso. "Yo militaba los temas de las mujeres y me limité a decirle a los diputados de la comisión: 'Miren, estas chicas quieren venir a decir que Bergés las persigue por promiscuidad'. Ellas decían estar a favor de la libertad sexual", agregó Durrieu y subrayó: "Lo único que pedí es que las escucharan y escuchar a alguien no significa estar ni a favor ni en contra".
Con respecto a la supuesta pregunta sobre era posible corromper a mayores de edad, Durrieu remarcó: "Eran mujeres que nos decían que ellas estaban ahí por voluntad propia. Y efectivamente, como no soy abogada y en defensa de la condición de mujer, yo le pregunté a Bergés si era un delito tener relaciones múltiples con mujeres adultas o si había casos de niños, de trata o de prostitución forzada. Si eso es defender una secta, yo soy china".
Para terminar, Durrieu aseguró: "(Bergés) Era un tipo bastante misógino y creo que le molestó que una mujer le preguntara algo. Éramos muy pocas mujeres en aquel entonces, ¿y qué podías hacer si eras diputada y venía un grupo de mujeres a decirte que un juez ponía énfasis en que tenían sexo entre muchos? Él hablaba mucho más de eso que de la existencia de delitos. Lo único que hice fue pedir que las escucharan. Punto".
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