Desde el día en que Wanda Nara decidió ser una de las mujeres más importantes de Argentina, nunca dio un paso en falso. Tal vez intentaron empujarla o correrla del satélite mediático pero de cualquier conflicto salió siempre mejorada. Desde la foto con el calzoncillo de Maradona, hasta su consagración como conductora de “MasterChef”, Wanda hoy disfruta de su reinvención como estrella de la RAI donde se luce todos los sábados en el programa “Ballando con le stelle”.
Conquistada definitivamente la televisión argentina, donde, hoy por hoy, Wanda Nara tiene como piso el living de Susana, un viaje con Marley o la mesaza de Mirtha Legrand en soledad, debutó en octubre pasado en la pista de baile del programa “Bailando con las estrellas” versión Italia. Nada menos que en la RAI, transmisión que llega a todos los televisores del mundo a través de RAI Internacional.
Ya había tenido una breve participación en la edición del año pasado en la que se dice que cobró nada menos que 30 mil euros. En la actualidad y al parecer manejando la inflación argentina, su cachet subió a 50 mil semanales. Es que el año pasado era la mujer de Mauro Icardi, hoy es Wanda Nara por quien el jurado se saca el sombrero. Es que rinde, les da fama internacional a todos, entonces que siga con los mejores puntajes. Negocio redondo.
Nara Superstar. Wanda comenzó el certamen rezagada tanto en cartel como en salario, muy por detrás de los famosos italianos Simona Ventura, Paola Perego, Lorenzo Tano (hijo del actor porno Rocco Siffredi) y Lino Banfi (una especie de Antonio Gasalla italiano). Pero en menos de una semana los pasó por arriba y se convirtió en la estrella del programa con puntajes superlativos. Algo es cierto, el nivel de baile es muy inferior al que maneja el programa de Marcelo Tinelli en Argentina. En Italia baila cualquiera. Acá hasta las mismísimas Laura Fidalgo y Mora Godoy fueron destratadas. La revista Oggi (una especie de Caras italiana), para darle más impulso a la argentina, la sacó en portada para contar la verdad sobre su enfermedad y la infidelidad de su marido con la China Suárez.
Aunque todo parezca color de rosa en la vida de Wanda, su salud y presente familiar la tienen a maltraer. En principio ella está sola en Roma, sus dos hijas de apellido Icardi están en Turquía junto al padre, mientras sus hijos López viven en Argentina, donde Valentino, el mayor, juega en las inferiores de River Plate. Por otra parte, el certamen de baile tampoco le da tiempo de visitar a nadie porque las galas, que ella cierra por ser de las mejores, son todos los sábados, y Wanda no solo se centra en la performance semanal, sino que, por contrato, está obligada a filmar clips que hacen de introducción al mismo baile. Todo es tiempo y todo le exige máxima predisposición. Es por eso que en la última emisión se quebró en vivo: “Volví a mi casa. Estuve tres días y mi hija más chica vino con dos pruebas de la escuela. En una se sacó un 2 y en la otra un 1. Me dijo que fue porque yo no estaba. Sí, extraño mucho a mi familia y estoy muy cansada. No tengo más fuerzas”, se sinceró.
La idea de la Nara más famosa es posicionarse en Europa como una auténtica celebridad y por eso exprime este auspicioso presente en Italia, aunque exija al máximo su salud. Sin embargo, tomó algunos recaudos, primero un suculento cachet que equilibre su angustia, y a nivel artístico, tener de partenaire al cuatro veces campeón del certamen Pasquale La Rocca. Bailar con él, sumado el bajo nivel de sus contrincantes, le asegurarían llegar a una hipotética final y un mínimo de tres meses en una las pantallas más importantes del planeta, a la altura de los late night shows de Estados Unidos.
Emporio Wanda. Si algo caracteriza a Nara es la pluralidad de negocios. Y eso quedó en evidencia la última semana, cuando su hijo Valentino fue a recibir su segundo Martín Fierro del año por su participación en “¿Quién es la máscara?”, en esta ocasión por ser Mejor Estilo de Jurado en TV (el anterior fue a Revelación por el mismo programa). En paralelo, ella lanzó en Europa junto a su marido una megacampaña publicitaria de joyas titulada “Mi película de amor en Turquía”. En una misma semana dos superávits juntos: reconocimiento y dinero.
Otro ámbito que Nara maneja con habilidad e inteligencia es el judicial. Junto a su abogada Ana Rosenfeld armaron un embudo que le proporcionó salir realizada de su millonario divorcio con Maxi López y un acuerdo pre y post matrimonial con Icardi, que año tras año le duplica el patrimonio. Según sus allegados “está blindada” y cada paso en falso del actual delantero del Galatasaray le aumenta a ella el activo, sin contemplar un posible futuro divorcio. Actualmente la estrella del “Ballando con le stelle” es la propietaria de la empresa que administra los dos negocios clave de la pareja, la marca MI9 de ropa deportiva y la línea Wanda Cosmetics, además de poseer en común siete autos de lujos (Lamborghini, Hummer, Bentley y Rolls Royce) y varios inmuebles distribuidos entre Buenos Aires, Milán y Lago Como, sin contar la mansión del barrio privado Santa Bárbara en Tigre valuada en 2 millones de dólares, legado de su anterior matrimonio debido a la falta de pago de la cuota alimentaria mensual por parte de López.
La máquina Nara sigue en marcha y va por todo. Sus más de 16 millones de seguidores en redes sociales la alientan para que así continúe. Cada tanto se da un gusto personal como su nueva faceta musical con la canción “Bad Bitch”, en la que repite como un mantra su verdadero sentir: “Siempre consigo todo lo que quiero, lo veo y lo quiero, lo quiero y lo tengo”.
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