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SOCIEDAD | 07-02-2020 16:56

Reducción de penas: la impunidad negociable

El 77% de la gente descree de la Justicia. Rugbiers, femicidas y perpetuas incumplidas.

El 29 de enero los 10 rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa fueron alojados en la Unidad Penal 6 de Dolores. Pero mientras Luciano Pertossi (18), Ayrton Viollaz (20), Matías Benicelli (20), Alejo Milanesi (20), Blas Cinalli (18), Juan Pedro Guarino (19), Máximo Thomsen (20), Enzo Comelli (19), Ciro Pertossi (19) y Lucas Pertossi (20) comienzan su estadía carcelaria, la sociedad argentina desconfía del devenir del proceso judicial. Es que de acuerdo a una encuesta de Proyección Consultores gran parte de los argentinos auguran que no sea cual sea la pena que la justicia determine, ésta no será cumplida. Un 73,3% de los encuestados, casi 3 de cada 4, sostiene que la condena no se va a cumplir.

La justicia argentina queda así nuevamente en el ojo de la tormenta y envuelta en las sospechas y el descreimiento de una sociedad que rechaza su accionar. Más aún, mientras los rugbiers comienzan su andadura carcelaria, uno de los femicidas más tristementes célebres de la historia nacional, Fabián Tablado, está próximo a recuperar su libertad antes de haber purgado toda su pena. Es que de acuerdo a una resolución judicial, el hombre que asesinó a Carolina Aló de 113 puñaladas en 1996, quedará en libertad el 28 de febrero, más de dos años antes de que se extinga su condena. “La sentencia que le dieron es de cumplimiento efectivo y ahora la Justicia borra con el codo lo que escribió con la mano”, explica a NOTICIAS Edgardo, el padre de Carolina, quien se encuentra llevando adelante una junta de firmas a través de la plataforma Change para que se revea la resolución. “Es el último recurso que nos queda para que dejen de mirar para otro lado”, se lamenta.

Desamparo. De acuerdo al sondeo de Proyección Consultores, el 77% de la población nacional confía poco o nada en la Justicia. Y, si bien, los reclamos contra esta institución no son nuevos, sí es cierto que en el último tiempo se han potenciado.“Las redes sociales ayudaron a ampliar el reclamo  pero la verdad es que se está llegando a un hartazgo de algo que se viene arrastrando hace años”, comenta a NOTICIAS el abogado penalista y especialista en criminología Hugo López Carribero.

El principal punto donde se nota la desconfianza para con el accionar judicial es el no cumplimiento efectivo de las condenas que la propia justicia establece. “La población lo ve y está cansada. Sacan homicidas, sacan violadores.. Después vuelven a matar y los jueces no se hacen cargo”, dice Edgardo Aló. Sus dichos encuentran soporte en los datos. Es que de acuerdo a estadísticas judiciales relevadas en los juzgados de ejecución penal de todo el país, en promedio se otorgan 200 beneficios excarcelatorios semanales a peligrosos sujetos que cometieron delitos contra la integridad sexual, como abusos y violaciones. Y, de acuerdo al ministerio de Justicia de Buenos Aires, sólo en esa provincia, la tasa de reincidencia de reclusos liberados asciende al 40%.

Así, más allá de la condena, el principal problema que muchos señalan es que no importa la pena, el recluso no la cumplirá. “Las penas están hechas para ser cumplidas de manera efectiva. Pero nunca termina ocurriendo. La ley termina permitiendo, a través de diversas prerrogativas, que sean liberados antes de cumplir toda la pena”, afirma López Carribero.

El crimen del reportero gráfico de NOTICIAS, José Luis Cabezas, del que se acaban de cumplir 23 años, es un ejemplo de esto. Ninguno de los condenados continúa detenido y todos obtuvieron diversos beneficios.

Otro caso.El hijo de la filósofa Diana Cohen Agrest fue asesinado por un delincuente que debía estar en prisión pero había sido beneficiado con la libertad condicional. Según ella, “el problema es que vivimos en una sociedad donde cada uno hace lo que quiere y donde realmente no hay una responsabilidad para con el otro”. Y cita como ejemplo la comparación que se hace con Holanda, donde el número de cárceles y reclusos disminuye año a año, pero las penas se cumplen de manera efectiva, en especial las perpetuas: “Si alguien sabe que no sale de por vida se lo va a pensar dos veces. Acá no hay diferencia entre el bien y el mal, todo da lo mismo”.

Cambios. El descreimiento en los procesos judiciales ha llevado a un desprestigio de la institución judicial. Los jueces ya no son vistos como funcionarios intachables y apegados a la ley, sino todo lo contrario. “Las circunstancias de pérdida de seriedad e investidura de los funcionarios judiciales son advertidas por la sociedad. Cuando la población ve que los funcionarios judiciales pierden la seriedad y la compostura  se vulnera la confianza en la administración de justicia”, detalla López Carribero.

Los especialistas consultados por NOTICIAS afirman que es necesario el compromiso político para revertir esta realidad. Para Cohen Agrest "la ley es la ley" y debería ser respetada, sin embargo, "los jueces acaban interpretando y, al hacer esto, de algún modo también están legislando, y eso va más allá de sus funciones",

Pero mientras se trata de buscar la forma de que la Justicia recupere la credibilidad de los ciudadanos lo cierto es que sigue en deuda con la sociedad. "A (Fabián) Tablado los estudios psiquiátricos le dieron desfavorables e incluso dicen que está peor que en 1996. Pero en vez de aplicar el sentido común, el juez aplica la matemática para contar años y nada más", remarca Aló. En 2013 la condena a Tablado fue aumentada por amenazas a su ex mujer, madre de sus mellizos, y a su suegra. Más aún, en una carta enviada a una novia que tuvo en prisión, el propio femicida reconocía que de quedar libre volvería a matar y se calificó a si mismo como "un asesino perfecto". Situaciones que el juez no tuvo en cuenta al momento de dispoenr su próxima liberación.

"Nos terminan poniendo en contra de la justicia cuando justamente lo que queremos es eso, justicia", reflexiona Aló.

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Marcos Teijeiro

Marcos Teijeiro

Periodista de Información General.

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