El pasado fin de semana Donald Trump presentó a Elon Musk ante la multitud con efusivos elogios, describiéndolo como "un hombre asombroso" y "un caballero maravilloso" que ha fundado "una de las compañías más exitosas del país". Esta fue la primera vez que Musk apareció en un acto de campaña junto al expresidente, marcando un punto de inflexión en su apoyo público al candidato republicano, quien no solo busca capitalizar la influencia tecnológica y financiera del magnate, sino también reforzar su mensaje económico a través de esta alianza.
Durante su discurso, Musk no escatimó en palabras para expresar su respaldo a Trump. “Tengo el gran honor de estar aquí”, declaró, y subrayó la importancia del liderazgo bajo presión al hacer una comparación directa entre Trump y el actual presidente Joe Biden. En un tono cargado de emotividad, Musk aseguró que esta elección "es la más importante de nuestra vida", apuntando a lo que considera una amenaza contra los derechos fundamentales de los estadounidenses, incluyendo la libertad de expresión y el derecho a portar armas.
Musk también hizo un llamado a la movilización de los votantes, pidiendo a los ciudadanos que se registren y voten para asegurar el triunfo de Trump. "Si no lo hacen, esta será la última elección", advirtió el magnate, reafirmando su visión apocalíptica si el candidato republicano no logra la victoria.
La aparición pública de Musk no solo tiene implicaciones políticas, sino también económicas. La creciente influencia de Musk en sectores clave como la energía, los autos eléctricos y el espacio ha sido vista por muchos como un pilar potencial de la agenda económica de Trump. Esta relación también podría tener efectos tangibles en las políticas de desregulación que Trump ha defendido, favoreciendo los intereses empresariales de Musk y sus compañías.
Elon Musk, conocido por ser el CEO de Tesla y SpaceX, ha emergido en los últimos años como un poderoso financiador de movimientos de derecha alrededor del mundo, según un reporte reciente del Wall Street Journal. Sus contribuciones a grupos conservadores comenzaron antes de lo que se creía, y abarcan desde su apoyo a Donald Trump, hasta su cercanía con figuras políticas como Javier Milei en Argentina y Nayib Bukele en El Salvador, lo que subraya su creciente influencia en la política internacional.
Apoyo a Trump
Musk ha sido un firme partidario del expresidente Donald Trump. En 2023, Musk lo respaldó públicamente y ha utilizado su plataforma, X (anteriormente Twitter), para difundir noticias falsas que apoyan el intento de reelección de Trump ahora. Aunque Musk negó haber comprometido us$45 millones mensuales para la campaña del ex presidente estadounidense, como lo informó el Wall Street Journal, se ha revelado que ya ha destinado decenas de millones de dólares para respaldar causas conservadoras.
Uno de los grupos que ha recibido el apoyo financiero de Musk es Citizens for Sanity, una organización que en 2022 gastó más de us$50 millones en anuncios publicitarios contra inmigrantes y personas transgénero. Esta organización tiene vínculos con America First Legal, dirigida por Stephen Miller, un exasesor clave de Trump. Además, Musk ha donado millones a otro grupo conservador llamado Building America’s Future, que se ha centrado en reducir el apoyo de los votantes afroamericanos a la vicepresidenta Kamala Harris.
El financiamiento de Musk a estos movimientos y figuras políticas de derecha ha sido muy parte discreto. Según los informes del Wall Street Journal y Reuters, Musk ha canalizado grandes sumas de dinero a través de organizaciones sociales que no están obligadas a revelar a sus donantes. De hecho, ha informó que las personas involucradas en sus donaciones a Citizens for Sanity usaban Signal, una aplicación de mensajería cifrada, para discutir los detalles financieros, lo que demuestra el grado de secretismo que ha rodeado sus contribuciones
Impacto global
El apoyo de Musk a la derecha no se limita a Estados Unidos. Ha estrechado lazos con figuras políticas clave de la derecha en América Latina como los de Javier Milei en Argentina y Nayib Bukele en El Salvador. Musk ha mostrado interés en la visión desreguladora de la economía de Milei, una tendencia que promueven un Estado mínimo, lo que coincide con las creencias empresariales del dueño de X, quien espera poder colaborar en repetirlas en un eventual segundo mandato de Trump.
En El Salvador, Nayib Bukele ha captado la atención de Musk con su enfoque económico en la adopción del Bitcoin como moneda oficial. Aunque no se ha confirmado una relación directa de financiamiento, Musk ha mostrado interés en el modelo de gobierno de Bukele, en particular por su énfasis en la tecnología y la criptomoneda.
Tensiones en Brasil
En Brasil, el panorama ha sido más tenso. Musk ha sido un simpatizante abierto del expresidente Jair Bolsonaro, cuyas políticas resonaron con el multimillonario. Sin embargo, las elecciones brasileñas de 2022 y la posterior censura impuesta a los partidarios de Bolsonaro por parte de la Corte Suprema del país generaron fricciones.
El juez Alexandre de Moraes, miembro de la Corte Suprema de Brasil, impulsó medidas para censurar contenidos relacionados con las campañas de desinformación a favor de Bolsonaro. Musk, quien adquirió X en 2022, expresó su preocupación por lo que calificó como un ataque a la libertad de expresión en el país. Esta postura lo colocó en una posición de tensión con el sistema judicial brasileño, que buscaba frenar la difusión de información falsa y teorías conspirativas sobre las elecciones.
Musk ha sido particularmente crítico de cualquier intento de censura, lo que lo ha llevado a chocar con gobiernos y autoridades que buscan regular el contenido en las redes sociales. En el caso de Brasil, su defensa de la "libertad de expresión" bajo los términos que él define, ha sido vista como un respaldo indirecto a Bolsonaro y sus aliados políticos.
por R.N.
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