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MUNDO | 22-04-2021 08:29

Islandia, Australia y Nueva Zelanda, las islas que vencieron a la pandemia

Controlaron la circulación del virus con fuertes cuarentenas y restricciones, y a pesar de todo lograron crecimiento económico.

En medio de la segunda ola -o cuarta según desde donde se mire- de la pandemia de Coronavirus que azota al planeta desde fines del 2019, tres países insulares son líderes en su respuesta frente al Covid-19. Islandia, Nueva Zelanda y Australia, que repitió las restricciones de su vecino y multiplicó los testeos y controles, siguen siendo modelos a imitar por el mundo, cuando muchos se debaten si las cuarentenas funcionan.

 Islandia es la versión europea de Nueva Zelanda y eso vale desde hace poco no solo por sus paisajes verdes y sus maravillas naturales. Como los neozelandeses del otro lado del mundo, también los islandeses controlan la pandemia de coronavirus mejor que otros países. El hecho de que el pueblo vikingo con su baja tasa de contagios sea actualmente el mejor alumno en Europa, depende en parte, al igual que en el caso de los "kiwis" de su aislamiento, pero también de una estrategia contundente.

"Nuestra lucha contra la pandemia funcionó mejor de lo que quizá esperábamos", explica la primera ministra islandesa, Katrín Jakobsdóttir. El camino islandés con amplios test de coronavirus y resultados en pocas horas, un consecuente seguimiento de contactos estrechos y severas reglas de cuarentena y asilamiento, dio resultados mejores que las estrictas medidas de otros países."La clave de nuestro éxito es el fácil acceso a los test para las personas, el seguimiento de las infecciones y el enfoque científico", marca la jefa de Gobierno.

Esta estrategia se refleja en bajas cifras de nuevos positivos. Con 6,59 infecciones nuevas por cada 100.000 habitantes, Islandia no tiene con quién compararse en las cifras que maneja el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).

Incluso los otros países del norte de Europa -Noruega (66), Finlandia (88) y Dinamarca (100)-, que detrás de Islandia son actualmente los países con las cifras más bajas de contagios en el Espacio Económico Europeo, están muy por encima. Y la tasa mortalidad relacionada con el coronavirus fue de cero en Islandia en igual período.

 El éxito no se basa solo en la ubicación y el tamaño del país, sino en un accionar estricto, los test, el seguimiento de contactos y un alto grado de confianza de la población en sus expertos. Por supuesto que los controles fronterizos en Islandia son claramente más sencillos que para otros: se llega exclusivamente por el aeropuerto internacional de Keflavik en Reikiavik.

Toda persona que ingresa debe presentar un PCR negativo de un máximo de 72 horas de antigüedad, a los que se suma otro test al arribo, y entre cinco y seis días de cuarentena y un nuevo test tras ese período.

En el caso de Nueva Zelanda, la primera ministra Jacinda Ardern cerró sus fronteras para frenar la pandemia y ordenó uno de los confinamientos más estrictos del mundo en marzo del 2020, cuando la isla solo tenía 50 casos: acumula 2.141 contagios y 26 muertos por Covid-19 en un país de cinco millones de habitantes. Y el sábado pasado, la primera ministra ordenó nuevamente que la mayor ciudad del país, Auckland, vuelva a ser confinada debido a la aparición de un nuevo caso de coronavirus.

El resto del país está sometido a restricciones, como el límite de congregaciones de personas a un máximo de 100 personas, y la obligación de usar tapabocas en transportes públicos. Ardern considera que la pandemia progresa porque los ciudadanos no toman los recaudos necesarios, aunque su gestión frente al coronavirus es elogiada internacionalmente.

A pesar de las restricciones, y de que más de 200 mil personas aun reciben subsidios por desempleo, el empleo ha crecido en casi 60 mil puestos desde que comenzó la pandemia.

Además, en las últimas semanas, Ardern impulsó un paquete de medidas económicas: aumentó el salario mínimo y subió los impuestos a los más ricos. El nuevo salario mínimo se eleva de 13,3 dólares a 14 la hora, una medida que beneficia a 175 mil personas. Y el impuesto a la riqueza se sitúa en el 39 por ciento de los ingresos de las personas y empresas que ganen por arriba de 126 mil dólares anuales, seis puntos más (afecte a un dos por ciento de los contribuyentes).

“Cada sociedad es muy particular, pero naturalmente habría que ver si se puede inferir cuales metodologías fueron las más adecuadas para enfrentar la pandemia y cuales fueron más permisivas.

En Nueva Zelanda a los viajeros que llegaban se les consideraba como infectados aunque vinieran con certificados hechos por la máxima autoridad sanitaria mundial, se los hisopaba y confinaba 15 días en un hotel, no podían salir de la pieza y los iban a buscar 2 horas al día para pasearlos”, destaca el ex presidente uruguayo, José “Pepe” Mujica.

“Y el gobierno apoya a los sectores más vulnerables que han sufrido las consecuencias económicas, y además la economía empezó a moverse. Por eso las más diversas fuentes toman como modelo a Nueva Zelanda, al que somos muy afines históricamente”, agrega Mujica. Y si Uruguay es equiparable a Nueva Zelanda, Argentina podría serlo a Australia.

Pero el país oceánico, con una población de 25 millones, ha sido tremendamente más exitoso que el nuestro en su lucha contra la pandemia: 30 mil contagios y menos de 1000 muertes. Como en Nueva Zelanda, sin embargo, la vacunación avanza lenta. Pero Australia podría tener su propia vacuna hacia el segundo semestre, y producir varios millones de dosis mensuales.

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