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MUNDO | 13-10-2020 14:06

Ivanka Trump: la vicepresidenta que no fue, pieza clave en la campaña

La hija del presidente rechazó en 2016 acompañar a su padre en la fórmula, pero coló a su marido Jared Kushner y a la asesora Hope Hicks en la Casa Blanca. Ahora empuja para lograr la reelección.

Tras el anuncio de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su esposa, Melania, habían dado positivo de coronavirus, las miradas volvieron a posarse en la asesora Hope Hicks, presunta portadora del contagio, y los ojos de Ivanka Trump en la gira presidencial.

Fiel a Ivanka. Hicks, de 31 años, inició su carrera como modelo, y salto al mundo empresarial de la mano de la hija del presidente, que la contratró como publicista para su línea de ropa. Y fue Ivanka quien la colocó luego en el equipo de campaña en 2016, a pesar de falta de experiencia en la arena política.

En septiembre de 2017 llegaría finalmente a la Casa Blanca como Directora de Comunicaciones, en reemplazo de Anthony Scaramucci, el ex Goldman Sachs que Trump despidió por criticar públicamente a otros miembros del gabinete. Sin embargo, no duró mucho en el puesto: dimitió en 2018, después de ser cuestionada por el Comité de Inteligencia de la Cámara de Diputados, como partícipe en la interferencia rusa en las elecciones de 2016.

"Hope es sobresaliente y ha hecho un gran trabajo durante los últimos tres años. Extrañaré tenerla a mi lado, pero estoy seguro de que volveremos a trabajar juntos", dijo entonces Trump. Y así sería: tras partir a Fox como directora de comunicaciones y vicepresidenta ejecutiva (la cadena de noticias es pro Trump), volvió a principios de este año como asistente de Jared Kushner, marido de Ivanka y consejero de su suegro.

Vicepresidenta. Con menos de veinte días para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Trump quedó fuera de la campaña al menos durante una semana y media tras contagiarse con “el virus chino”, como él lo llama: la Casa Blanca emitió un nuevo calendario de campaña que mostraba varios eventos cancelados, incluída una recaudación de fondos en Washington.

El presidente se perdía un mitin en Florida, y las presentaciones en Wisconsin y Arizona. Y tras sumirse en el caos, Ivanka tomó la posta. Con Mike Pence parcialmente abocado a suplir a su padre en la administración del Estado, fue ella quien lo cubrió en eventos públicos, un rol que la favorece, y por el que alguna vez se la consideró como posible candidata a la vicepresidencia.

Chisme que refrenda Rick Gates, vicepresidente de la campaña electoral de Trump de 2016, que está por publicar su libro “Juego Retorcido”, en el que cuenta los entretelones de los Trump en el poder. Gates, que fue imputado en octubre de 2017 por los fiscales que investigaban la injerencia rusa en las pasadas elecciones presidenciales para favorecer a la campaña de Trump, y se convirtió en un testigo colaborador propiciando la condena de Paul Manafort (él recibió una pena de tres años de libertad condicional), asegura que Trump deseaba instalar a su hija como vice. "Durante una discusión sobre la Vicepresidencia que incluyó a Jared (Kushner), Trump dijo: 'Creo que debería ser Ivanka'. Todas las cabezas se giraron hacia ella y ella pareció sorprendida. Todos conocíamos a Trump suficientemente bien para no reírnos", relata Gates.

Encuestas. Ivanka supo generar en sus suplencias en la campaña, empatía con la salud de su padre. Destacó su esfuerzo por mantener al país y al gobierno funcionando en medio de la pandemia. "¡Es brillante, es lista, es linda, y al pueblo le encanta!", cuentan que festejó Trump al verla en televisión. Sin embargo, Trump necesita más que robar algunas sonrisas para imponerse en las elecciones del 3 de noviembre.

Según refleja una encuesta de The Wall Street Journal, el candidato demócrata Joe Biden, le saca 14 puntos de ventaja Trump: 53 por ciento frente a un 39 por ciento del actual presidente. Allí impacta la noticia de su contagio: un 72% de los estadounidenses cree que Trump se contagió por ser temerario en sus cuidados frente a la pandemia, según una encuesta dada a conocer por ABC News.

Buena parte de los votantes están convencidos de que el mandatario nunca entendió la amenaza que la enfermedad representaba para su propio bienestar, ni las medidas necesarias para evitar su contagio, según el sondeo efectuado los días 2 y 3 de octubre, es decir, el viernes que el presidente ingresó enfermo en el hospital Walter Reed de Bethesda, y al día siguiente.

La pregunta dividió a los republicanos: un 43 por ciento contestó de manera negativa sobre las capacidades del presidente para entender la crisis del coronavirus. Entre los demócratas, el porcentaje fue rotundo: el 95 % asegura que el presidente subestimó siempre la enfermedad. Y el contagio del presidente disparó la percepción en la población de que es muy probable que el virus también los alcance: un 81 por ciento de los consultados cree que ellos o un familiar podrían enfermarse en breve.

El crecimiento de 9 puntos en ese rubro se debe a un cambio de percepción entre los encuestados republicanos, cuya preocupación neta aumentó 18 puntos (52% a 70%). Con todo, la mayor parte de los republicanos (76%) sigue valorando positivamente la gestión de Trump, mientras que solo un 33 por ciento de los independientes y el 6 por ciento de los demócratas aprueban la respuesta del Gobierno a la crisis de la pandemia.

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Maximiliano Sardi

Maximiliano Sardi

Editor de Internacionales.

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