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MUNDO | 11-12-2020 15:23

Kim Jong-un: el dictador al borde de la locura

El líder norcoreano pone nuevamente en vilo al mundo. Los surcoreanos temen su estado de “ira excesiva”. Joe Biden ya fue alertado.

El mundo teme una vez más la locura del dictador norcoreano Kim Jong-un: en la última semana –lo confirmó la inteligencia surcoreana– ordenó la ejecución de al menos dos personas en su plan para contener la caída de la economía. Se trataría de un cambista de alto perfil en Pyongyang, al que responsabilizó por  la caída del tipo de cambio, y de un funcionario clave, acusado de violar las leyes gubernamentales que restringen la entrada de importaciones desde el extranjero.
El legislador surcoreano Ha Tae-keung citó al Servicio de Inteligencia Nacional, y remarcó que Kim está mostrando una “ira excesiva” y tomando “medidas irracionales”.

“Kim Jong-un de Corea del Norte, quien es obviamente un demente al que no le importa privar de comida o asesinar a su pueblo, será puesto a prueba como nunca antes”, había escrito Donald Trump en 2017 en su cuenta de Twitter, cuando la tensión entre los líderes estaba en su punto más alto. “Trump me ha insultado, a mí y a mi país, ante los ojos del mundo entero, y ha lanzado la más feroz declaración de guerra de la historia”, contestó Kim en declaraciones a la agencia oficial norcoreana KCNA. “Voy a hacer que el hombre que está al frente del mando supremo de EE.UU. pague caro por su discurso”, agregó el líder norcoreano.


Lanzado en una feroz carrera armamentista desde que asumió el poder en 2011, Kim Jong-un cuenta con un arsenal temible. El Ejército Popular de Corea ( KPA) se encuentra entre los más grandes del mundo, con alrededor de un millón de soldados preparados para la “guerra de guerrillas y los ataques asimétricos” que pueden desangrar a un enemigo tecnológicamente superior. Y tiene la rama de Fuerzas Especiales más grande del planeta, con más de 200.000 efectivos.

Aproximadamente el 70 por ciento de las fuerzas terrestres del Ejército Popular de Corea están desplegadas a unos pocos kilómetros de la Zona Desmilitarizada (DMZ) con Corea del Sur. El KPA mantiene más de cuatro mil tanques y dos mil vehículos blindados y ha acumulado más de 13.000 sistemas de artillería y lanzacohetes, emplazados en cuevas y túneles en las montañas.
La marina norcoreana está constituida por viejas fragatas y corbetas, y naves de ataque rápido cargadas con misiles.

Y una flota de submarinos pequeños para operaciones de muy corto alcance. Su fuerza aérea consiste principalmente en cientos de cazas obsoletos de fabricación china. El principal activo son los 26 MiG-29 de cuarta generación, cohetes estratégicos de corto alcance que pueden atacar las bases de las islas del Pacífico de Japón y Estados Unidos. Pyongyang posee también misiles balísticos intercontinentales capaces de atacar cualquier ciudad de los Estados Unidos.

Alertada por una posible nueva escalada, la vecina Corea del Sur anunció en los últimos días su intención de producir en masa un nuevo tipo de misil táctico de lanzamiento terrestre diseñado para destruir las bases de artillería subterráneas de Corea del Norte.
La Administración del Programa de Adquisiciones de Defensa (DAPA) surcoreano ha manifestado que, durante una reunión virtual presidida por el ministro de Defensa, Suh Wook, se ha aprobado un plan que prevé producir más de 200 unidades de este misil hasta 2025.

La DAPA reveló que el país invirtió en esta nueva arma con tecnología propia unos 450.000 millones de wones (más de 341.000 millones de euros), y que 320 millones de wones (cerca de 243 millones de euros) serán destinados a su producción.
Seul movió también en la última semana a sus contactos diplomáticos para provocar un pronunciamiento del electo Joe Biden, temiendo que Kim Jong-un desee aprovechar la “guardia baja” de los norteamericanos en la transición de gobierno para efectuar un golpe sorpresa.

Joe Biden, mantuvo días pasados su primera conversación telefónica con el mandatario de Corea del Sur, Moon Jae In, en la que reiteró su voluntad de "cooperar estrechamente" para resolver la amenaza que representa el programa nuclear de Corea del Norte.
Biden es partidario de "reforzar la alianza" entre Washington y Seúl, sobre la base de  los "retos compartidos", dentro de los cuales figura el tema norcoreano, según un comunicado difundido por el equipo de transición del presidente electo. Biden consideró a Corea del Sur “una piedra angular de la seguridad y la prosperidad en toda la región” y Moon le instó a “comunicarse de forma estrecha sobre cualquier tema que pueda afectar a la relación bilateral”.

Tras un período de relativa distensión, las relaciones entre Corea del Sur y Corea del Norte volvieron a tensarse en el último año, cuando un grupos de desertores norcoreanos soltaron panfletos con propaganda en la frontera entre ambos países.  Kim Jong Un decidió a cortar las líneas de comunicación establecidas entre ambas partes, que encabezaba su hermana Kim Yo-jong, que oficia de mano derecha y canciller.

Sin embargo, la inteligencia surcoreana también da cuenta de un mensaje de Kim a sus emisarios de que se abstengan de cualquier acto que pueda provocar a los Estados Unidos, preocupado por el nuevo enfoque del presidente electo Biden hacia Corea del Norte. 
Apuntan que el estado mental del líder norcoreano es “volátil y temeroso” por su delicada situación interna: la economía ha sido duramente golpeada por la pandemia y las duras restricciones impuestas para evitar los contagios y la saturación de un sistema de salud endeble. Tanto que los negocios con China, su principal socio comercial, cayeron al 25%. 

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Maximiliano Sardi

Maximiliano Sardi

Editor de Internacionales.

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